En otros artículos hablamos de la clasificación de Hoteles por estrellas y de los Restaurantes por estrellas Michelin; hoy quiero hacer una reseña de la historia de los restaurantes.

En la Europa medieval las iglesias y los monasterios tenían la costumbres de albergar a los viajeros y alimentarlos aceptando donaciones; esta situación fue aprovechada por familias quienes abrieron posadas que ofrecían el servicio de cuidado de los caballos, y grandes mesas donde se servía comida preparada por la familia del mesonero.

La cocina japonesa como la conocemos hoy, comenzó a tomar forma simultáneamente a Europa, durante el Período Muromachi (1392 a 1573), eran sitios cerca de santuarios y templos que atendían a los fieles ofreciéndoles alimentos, en el periodo Edo (1603-1867) aparece el restaurante parecido al concepto actual.

En China, las empresas donde servían té y bebidas alcohólicas acompañadas de alimentos eran conocidas desde la dinastía Song (960-1279) y se dice que el primer menú impreso del mundo se hizo en uno de estos mesones en el año 1275 en Hangzhou.

Encontramos referencias al nombre restaurante en la antigua Grecia donde en casas de familia habilitaban un espacio en el que se ofrecía un PE€TAYPAAOP o “Restaurador”, evoca una especie de caldo que restauraba a quien lo bebía, algo como el sitio que devuelve las fuerzas, para seguir el camino.

Algunos hitos que marcan la historia de los restaurantes

Casa Botín, se fundó en la calle Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor de Madrid, por el francés Jean Botín en 1725, en realidad era una posada que ofrecía comida y alojamiento, el Libro Guinness lo considera el restaurante (con el concepto actual) más antiguo del mundo.

La primera vez que se usó el nombre “Restaurante” fue en 1765, en esta fecha, un tal Boulanger abrió un sitio llamado Restaurante Champ d´Oiseaux, en la calle de Poulies (actualmente calle del Louvre) donde servía platillos llamados “restaurants” es decir que restauraban al viajero, sobre la puerta podía leerse en latín “Venite ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restauraba vos” (Venid a mí, vosotros que tenéis un estómago que grita miseria y yo os restauraré), con ese nombre se conoció al sitio en el que se servía comidas y bebidas a cambio de un pago; una de sus características era que los clientes se podían sentar en mesas separadas, no en las grandes mesas compartidas de las tabernas comunes; curiosamente con el paso del tiempo su nombre se convirtió en sinónimo de restaurante “Boulangerie”. En 1782, un ex oficial de la intendencia de los condes de Provenza, llamado Antoine Beauvilliers, abrió un local en el que se podía reconocer un restaurante en el sentido moderno, en la Rue de Richelieu, París.

Después de la Revolución Francesa (1789) la aristocracia estaba arruinada y no podía mantener su numerosa servidumbre, muchos cocineros desocupados se incorporaron a este nuevo tipo de industria de “casas de comida” o restaurantes. La tendencia se fue extendiendo y a inicios del siglo XIX, pequeños establecimientos comenzaron a competir con los primeros hoteles ofreciendo comidas, razonablemente bien servidas, a precios accesibles y nació la figura del Cajero.

En 1825 en Nueva York John Delmonico, un capitán suizo que se retiró de la vida marítima, abrió una diminuta tienda en Battery, Nueva York donde vendía vinos franceses y españoles; y en 1827 junto con su hermano Peter, quien era repostero, amplió su negocio para vender vinos, pasteles y helados que podían tomarse ahí mismo. Los neoyorquinos, recibieron con entusiasmo los “petits gateaux” (pequeños pasteles), chocolates, y bombones, en 1827 se abre el que se supone primer restaurante de Estados Unidos, Delmonico´s.

Otro restaurante se jacta de ser el primero en los Estados Unidos, el Union Oyster House de Boston, que abrió sus puertas en 1826 pero no hay datos exactos al respecto.

La Ciudad de México cuenta también con restaurantes muy antiguos, no existe una lista oficial, pero destacan por su permanencia los siguientes:

Hostería de Santo Domingo, considerado el más antiguo de México, fundado en 1860.

La Jalisciense, abrió sus puertas en 1875 en Tlalpan, que en aquel entonces estaba retirado del centro de la Ciudad de México.
La Ópera Bar, se inauguró en 1895 a unos cuantos pasos del Palacio de Bellas Artes.
Café de Tacuba, es uno de los referentes gastronómicos de la capital desde 1912.
El Taquito, desde 1923 ha resistido el paso del tiempo.
Loma Linda, abre en 1924.