La angustia es normal antes de viajar y puede ser buena y hasta necesaria. Mejor preocuparse por asegurar tu casa que estará vacía durante unos días, a encontrarla vacía por no haberte preocupado por cerrar todas las puertas. El nerviosismo es el que nos hace pasar por un taller mecánico antes de hacer un viaje en coche, y también el que nos invita a tomar el tiempo suficiente para llegar al aeropuerto antes de la salida del vuelo. Conseguir la ayuda de un buen agente de viajes te permitirá relajarte y no preocuparte de qué hacer si un vuelo se retrasa, si una conexión se pierde o tu hotel no garantiza su reservación. Saber que hay alguien a quién llamar en caso de emergencia puede ser muy reconfortante.

Para algunas personas, sin embargo, el miedo a volar es suficiente para convencerlos a quedarse en casa. Ir en auto sería mejor. Aunque, estadísticamente, manejar es mucho más peligroso que volar, pero las estadísticas no convencen a todos. La idea de estar encerrado dentro de un gigante tubo de metal y salir disparado hacia el cielo casi a la velocidad del sonido puede sonar aterrador.

Millones de personas realmente padecen aerofobia, afirma el Dr. Lucas van Gerwin de la Fundación Valk en Europa; y para ellos se ha desarrollado una aplicación que puede ser instalada a una computadora portátil o a una táblet y supuestamente elimina todos los temores a través de explicaciones racionales. Otros pueden preferir llevar a bordo una copia de Cockpit Confidential, en el que Patrick Smith, piloto de una línea aérea, trata de aclarar que la turbulencia, “es un agravante molesto para todo el mundo, incluyendo la tripulación, pero es normal.” Piensa que son los baches del cielo.

En lugar de volar, puedes tomar un autobús. Yo prefiero los autobuses, los cuales, si bien son mucho más lentos, son mucho más cómodos y me permiten disfrutar los paisajes. Es cierto que prefiero los autobuses de lujo, la opulencia suele ser demasiado cara al viajar por el cielo. Transportarse en tren es aún mejor, cuando hay trenes disponibles, pero cuando se trata de ir de un continente a otro, los aviones son la única alternativa. La aerofobia puede no ser racional, pero es real. Una vez más, un agente de viajes puede ser capaz de ayudarte. Remedios hay muchos, desde tomar una pastilla hasta la terapia, pero cada individuo es diferente. Los expertos deben tener esto en mente.

Casi tan malo como la aerofobia es el jetlag. Cruzas el océano pero tu cuerpo todavía cree que estás en la zona horaria de casa. Desde México, la mayoría de los vuelos a Europa salen de noche y llegan antes del mediodía. Incluso si has sido capaz de dormir en el avión, la tentación será dirigirte a la cama tan pronto como tu hotel tenga lista tu habitación (y puedes que tener esperarla hasta media tarde). Los expertos aconsejan permanecer consciente hasta el anochecer. De lo contrario, es posible que te despiertas a las 3am.

Los viajeros ansiosos, incluso los interesados en gastar poco, no deben buscar alojamiento barato al momento de su llegada. Es mejor gastar un poco más y así no tendrás que preocuparte de si el hotel que has reservado está limpio y cómodo. Una vez en la ciudad, si planeas quedarte por más días, ya habrá tiempo de buscar e inspeccionar los lugares económicos. Y ahora tenemos algo más de qué preocuparnos, aunque por lo que leí, el Síndrome de París afecta principalmente a los orientales. Los turistas japoneses, conocidos por ser corteses y tímidos, pueden deprimirse cuando París es exactamente como lo habían imaginado. De acuerdo con la British Broadcasting Corporation (BBC), el Síndrome de París fue identificado hace dos décadas por Hiroaki Ota, un psiquiatra japonés que trabaja en Francia. El Síndrome también molesta a los chinos.

“El pueblo chino ha idealizado a Francia, porque la conocen a través de su literatura y las historias de amor”, dijo Jean-Francois Zhou, presidente de la Asociación China de agencias de viajes en Francia. “Pero una vez aquí algunos de ellos terminan llorando y juran que nunca van a volver.” BBC informa que la embajada de Japón en París cuenta con una línea telefónica de 24 horas para ayudar a sus ciudadanos deprimidos y que a veces han tenido que enviar a la gente a casa con un médico o enfermera que los apoye.

Los viajeros procedentes de México se pueden sentir afortunados.