Hay algo que nos identifica a nivel mundial dicho por propios y extraños y es: el servicio. Y aún más, la calidad en el turismo, en la restaurantería, hotelería y otras áreas. En México aplica aquello de calidad y cantidad, no sólo el que se ofrece, sino cómo se brinda.

Podemos ver que es una cualidad casi innata de los mexicanos, a donde vayamos de inicio, una sonrisa cálida y en automático, algo que nos identifica: el sentido de servicio lo “traemos” en nuestro ADN, en la mayoría de las empresas además se insiste en la capacitación lo cual es muy necesario.

Pero no sólo eso, si vamos por la calle y buscamos una dirección, a quien se le pregunte seguro nos dirá cómo llegar, nos mostramos atentos y dispuestos a ayudar, eso es en general, pero sobre todo quienes no son mexicanos lo notan y lo aprecian, incluso lo comentan cuando se les cuestiona entre otras cosas qué opina de la gente en México de inmediato hablarán de esto.

Y… ¿en otros países?

La calidad en el servicio se considera una alternativa para que las empresas puedan obtener una ventaja competitiva y sostenible en un entorno económico globalizado. Las pequeñas, medianas y grandes compañías deben ofrecer calidad y así obtener la preferencia de los clientes.

En los distintos viajes que he realizado por Europa, Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica he tenido la oportunidad de experimentar la poca preparación del personal que atienden tanto en aeropuertos, hoteles, tiendas y restaurantes.

Es increíble que hoy el personal trabaja sin ningún compromiso ni actitud servicial.

La primera imagen cuenta mucho. Llegas a un aeropuerto y es inconcebible que solicitas alguna indicación y simplemente la mayoría contesta que no sabe o que no puede ayudar.

Tomar un taxi es toda una aventura, los conductores son prepotentes, y encima la mayoría de inmigrantes te llevan con mala actitud.

Desde que les indicas a dónde vas, empiezan a quejarse, que si el tráfico, que si no podrán llegar, que si tienes mucho equipaje. Y obvio automáticamente te cobran más.

Ah, y hasta van hablando por teléfono todo el tiempo y muchos de los conductores extranjeros al no querer ir a ciertas direcciones por el tráfico que se genera, te bajan sin piedad.

En algunos países abordar un taxi es imposible. Y ni qué decir de los que se solicitan en línea, quienes te piden que camines varios kilómetros porque no les permiten accesar -según ellos-.

En México tomar un taxi en la calle puede ser un riesgo, sí, pero llamar a uno de sitio o solicitar los servicios en línea se puede hacer sin problema y te llevan de inmediato a cualquier dirección.

Lo que sí estoy segura es que la mayoría habla inglés. y el mexicano hace todo lo posible por entenderse con el turista. En otros países si no se habla el idioma… ¡grave problema!

En los hoteles europeos debido a la alta demanda que tienen de ocupación, el personal está cansado y muchas veces con poca actitud de ofrecer un buen servicio.

Hay lugares muy conocidos en Estados Unidos que cuando uno se registra tiene que cargar sus maletas, buscar su habitación y manejarse por sí solo, situación que sucede frecuentemente en Las Vegas, Miami, Nueva York, etcétera, donde hay un sinfín de convenciones y turistas.

En cambio aquí en nuestro país, el personal está capacitado para hablar dos idiomas, recibir con alegría al cliente, subir las maletas a la habitación, entre otras muchas cosas más.

Restaurantes

En Europa cada día es más frecuente que al llegar a cualquier restaurante, sea poco o muy famoso, los meseros están apurados, malhumorados, se tardan en atenderte, tienes que tener reservación, te dan la mesa más pequeña que existe y cuando ya por fin te atienden… ¡tardan mucho tiempo en servirte!

No se preocupan por recoger los platos sucios, avientan la vajilla, en fin no están pendientes de nada, porque como no hay propinas en Europa o, como en Estados Unidos las propinas del 20 % vienen integradas en la cuenta por lo cual ya no es necesario ganarse las mismas.

En México es increíble la calidad que tenemos para atender al turista o al mismo mexicano que acude a un restaurante y el mesero se dedica a ofrecer las especialidades, habla dos idiomas, busca halagar al cliente, está atento a todo lo que se le brinda con buena actitud y una gran sonrisa, sí, esto sucede en la mayoría de los restaurantes mexicanos. Literal se ganan la propina correspondiente.

Ah, y ojo, si llevas auto te lo reciben en la puerta o tienen un estacionamiento cercano. ¡En el resto de los países te estacionas a kilómetros o hágale como pueda con su auto!

Tenemos tantas comodidades, con regia actitud y amabilidad en México, cualidades difíciles de encontrar en otras naciones.

En cualquier otro destino mexicano, hoteles independientes y cadenas hoteleras son bilingües, saludan al cliente y se desviven para que pases una estancia más que agradable.

Si vas a un lugar de playa en México, el servicio ¡es extraordinario! En otros, si no llevas tu propia bebida, toalla y sombrilla nadie la traerá por ti, ni caso te harán.

Si hay un buen servicio, debemos agradecerlo y si es con una buena propina aún mejor. Esta es parte muy importante del salario de la gente que nos apoya, camaristas, meseros, taxistas y un largo etcétera, ser agradecidos y demostrarlo es una excelente manera de apoyo y aún de incentivo.

A los mexicanos en el extranjero nos saben espléndidos con las propinas, pero así como sabemos ser generosos, también debemos acostumbrarlos a que otorguen un buen servicio, nos molesta que no nos atiendan tan bien como en México, así sea un restaurante, un hotel incluso de lujo. Entonces es cuando nos damos cuenta de que la calidad es magnífica en nuestro país, es auténtica, la apreciamos y valoramos más. Recordemos que estamos en una industria de… servicio.