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¡Es la ley!

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Cabeza JBmar

A los visitantes de Singapur se les entrega una “tarjeta de embarque” para darles la bienvenida a la isla, pero viene con una advertencia: “Muerte para los traficantes de drogas bajo la ley de Singapur”. Por lo menos han sido advertidos. También prohibida es la goma de mascar, la que los inspectores de aduanas confiscan. Los que logran pasar de contrabando un chicle, luego masticarlo y tirarlo pueden ser multados fuertemente, como una persona condenada por tirar basura. La pena no es tan grave en cuanto a tráfico de drogas, pero es efectiva. Singapur está muy limpio y sus banquetas no están manchadas con restos de goma de mascar.

Otros lugares alrededor del mundo tienen sus propias leyes las que algunos pueden llamar inusuales. Sanciones generalmente ascienden a no más de una multa, no la cárcel. Los turistas extranjeros a menudo son liberados con no más de una amonestación, pero mejor evitar esto, también. En Florida, la ciudad de Daytona Beach prohíbe “a cualquier persona escupir en las calles o aceras de edificios públicos,” o, de hecho, “ lugares dentro de los límites de la ciudad.” Barcelona y otras localidades tienen leyes similares. Suponemos que, sin embargo, no van a emitir un citatorio por lo que hagan en la intimidad de su habitación de hotel.

Pero incluso la privacidad del hotel está limitada en algunas jurisdicciones. Dubái prohíbe a los solteros de diferente sexo compartir alojamiento, punto. Partes de los Estados Unidos una vez fueron igualmente estrictas. Una característica estándar de comedias cinematográficas en blanco y negro de los años cuarenta que todavía puede verse en la televisión cuenta con un detective del hotel merodeando por los pasillos para asegurarse que ninguno de los huéspedes estén implicados en cualquier disfrute ilícito. Hoy en día, los posaderos toman otro enfoque, argumentando que no son policía moral. De hecho, una cadena anuncia que un fin de semana en Cancún va a ganar el amor de una dama mucho más rápido que una caja de chocolates. No tanto como en Dubái, donde incluso besos en público pueden llevar a un arresto. Mencionamos esto porque Dubái, el más grande de los Emiratos Árabes Unidos, ha estado activamente intentando atraer a más turistas.

 

Otras leyes que afectan a los viajeros tienen más sentido, cuando piensas en ellas. Venecia, por ejemplo, encuentra en las palomas una inmunda molestia pero no puede esperarse que los pájaros van obedecer órdenes del lugar. Entonces, para alentar su partida, las autoridades locales han hecho ilegal la venta del alimento para las aves. Poco felices con esto son los vendedores locales de alpiste, pero ornithofóbicos afirman que la mayoría de las 130 mil palomas que viven alrededor de la Plaza San Marcos son portadoras de enfermedades. Esto eliminó una solución más antigua que implicaba comerse a los pájaros. Las leyes como estas generalmente se aplican a turistas solamente con una advertencia, pero la advertencia puede llevar a una discusión y el argumento a un arresto. A la policía italiana le desagrada que desafíen su autoridad.

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Tenga esto en cuenta en Roma, donde la ley prohíbe comer y beber en áreas de “especial valor histórico, artístico, arquitectónico y cultural.” Un helado puede ser delicioso, pero si no cree que vale la pena arriesgar una cuantiosa multa, manténgase alejado de lugares de valor cultural (como la Plaza de España y el Coliseo) hasta que haya terminado su barquillo. En Roma, por cierto, la tendencia es hacia la imposición de multas en lugar de dejar a los infractores con sólo una advertencia.

Ropa de camuflaje es ilegal en por lo menos tres jurisdicciones del Caribe: Santa Lucía, Trinidad y Tobago. Esto puede ser en consonancia con las reglas que prohíben a nudistas bañarse en las playas públicas. El camuflaje supuestamente es difícil de ver y los legisladores de la isla pueden haber estado preocupados de que la persona que use éste, pareciera estar desnuda. Grecia, por su parte, prohíbe zapatos que “desgasten el piso de los monumentos” donde hay monumentos. En otras palabras, tacones. Ese tipo de calzado hace más presión sobre el piso que el de la pata de un elefante y ninguna mujer quiere ser comparada con un elefante.

Hablando de calzado, chanclas no se consideran apropiadas para conducir en España. Alemania impone multas rígidas para cualquier automovilista que se atreva a quedarse sin combustible en una autopista. Al cruzar la frontera en Dinamarca, prende los faros, aunque sea mediodía. Las leyes requieren esto. Los daneses también insisten en que los automovilistas no tengan niños que estén durmiendo en su vehículo antes de arrancar el motor y sólo permiten a restaurantes presentar la cuenta después de que el cliente ya no quiere comer más. Japón, por su parte, tiene leyes que prohíben la obesidad.

En Tailandia es ilegal el pisar billetes de moneda. La tentación de cometer un crimen parece ser leve, a menos que se le caiga un baht y utilice el pie para evitar que se vuele. El retrato del rey aparece en todos los billetes de baht y pisando la imagen real de Tailandia está peor que profanando la bandera de México.

Canadá también tiene lo que para algunos puede parecer una ley extraña en cuanto a dinero. No más de 25 monedas de un centavo pueden utilizarse para realizar un pago. Esto es porque Canadá está inundado con monedas, pequeños trozos de cobre que la inflación ha hecho casi sin valor a menos que estén combinados con muchos fragmentos similares de cobre. El gobierno canadiense ha anunciado que ya no emitirán monedas de un centavo. Probablemente algún día serán apreciados por los coleccionistas. La solución mexicana parece ser estar acuñando monedas que son casi demasiado pequeñas para ver.


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