Para muchos de nosotros, las vacaciones de Semana Santa ahora son sólo un recuerdo, con carteras vacías para mantener esos recuerdos vivos. Pero buenas noticias han llegado sobre el horizonte. Ahora hay forma de mantener bajos los costos de alojamiento, cualquier cosa en lugar de un hotel, puedes desde alquilar un condominio o casa de vacaciones, intercambiar domicilios o pedir prestado un sofá. Estas no son ideas tan nuevas, pero el internet ha hecho todo más fácil.

Un sitio, HomeAway.com. – con paginas en español que incluye -los precios en pesos- dice que tiene casi un millón de propiedades disponibles para alquiler en casi cualquier lugar en el mundo. Eso incluye a más de ocho mil propiedades en México. Disponible desde condominios hasta casas enteras. HomeAway, mientras que es sólo un servicio de reservación, también ofrece una garantía de que todo va a ser como se había prometido, aunque hay un cargo extra por eso.

El concepto en sí ha demostrado ser tan atractivo que hay imitaciones. El más conocido es airbnb.com un sitio (también con una versión en español) que no se limita a las propiedades de vacaciones. Airbnb dice tener más de un millón de ofertas en 33 mil ciudades en casi todos los países que usted se pueda imaginar. No está mal para una empresa que se inició en 2007 cuando un par de jóvenes en San Francisco convirtió parte de su amplio apartamento en tres unidades tipo bed-and-breakfast, donde los huéspedes dormían en colchones de aire inflados. Este es el origen del nombre de lo que creció hasta convertirse en una empresa multimillonaria ofreciendo todo, desde el espacio en apartamentos hasta castillos, yates, casas en árboles, iglús e islas enteras.

El éxito ha traído consigo problemas. Los hoteles están regulados por un gobierno, pero la oferta de una habitación sola no lo es. Airbnb sostiene que no está involucrado en cobrar impuestos, pero reconoce que esto puede ser una dificultad, al igual que las quejas de los hoteleros sobre competencia desleal. Si bien es sólo una agencia de reservaciones, Airbnb toma amplias precauciones para estar seguros de que sus clientes estén contentos, que las reservaciones sean honorables y que las propiedades no esten dañados. Los clientes deben proporcionar información detallada, incluso referencias; los hoteles solamente piden una tarjeta de crédito. “Nuestro éxito depende de nuestra reputación”, señala Airbnb. Su propia competencia procede de otros sitios que promueven intercambios de casas.

Con sitios como IntercambioCasas.com los viajeros no pagan nada por su alojamiento en la casa de un desconocido. Pero, en cambio, tienen que estar dispuestos a permitir que desconocidos ocupen sus casas. IntercambioCasas dice tener 50 mil ofertas en más de 150 países. Hay, naturalmente, desafíos, tales como la búsqueda de un lugar donde quieres alojarte un momento en que alguien querría tu hogar. Y los riesgos son evidentes. Se insta que los socios de intercambio lleguen electrónicamente a conocer todo acerca de sus nuevos amigos antes de que el canje se lleve a cabo. Al igual que con Airbnb, los sitios de intercambio sobreviven sólo porque los participantes reportan que sus experiencias fueron agradables.

¿Ningún hogar para intercambiar, pero deseas alojamiento gratuito? Póngase en contacto con couchsurfing.org. Ellos también tienen un sitio en español. Comenzó hace diez años en Islandia, Couchsurfing reclama tener seis millones de miembros en 100 mil ciudades. Los anfitriones, quienes a menudo ofrecen no más que un sofá, disfrutan conocer viajeros de todo el mundo. Más que el ahorro de dinero que está involucrado. Conocer gente local cuando viajas puede ser la verdadera alegría de hacer un viaje.

Si la idea parece atractiva, pero te deja intranquilo, Couchsurfing sugiere comenzar en su propia ciudad y saber si lo disfrutan ¿Por qué no?