La Organización Mundial de Salud pidió a los gobiernos del mundo eliminar o cancelar las restricciones impuestas a viajeros internacionales, reconociendo que no ayudaron a frenar la propagación de Ómicron, variante del COVID-19.

Además, recordó que el costo extra de estos requerimientos recae totalmente en el turista, lo cual puede resultar incómodo y desalentar para la reactivación del sector: “Los requisitos (por ejemplo, el uso de cubrebocas, las pruebas para detectar coronavirus, el aislamiento y la vacunación) deben basarse en evaluaciones de riesgo y evitar que la carga financiera sea sólo sobre los viajeros”.

Afirmó que a estas alturas ya se sabe cuáles medidas pueden ser más accesibles que otras, pero que todas deben ser coherentes y flexibles.

Respecto a la situación actual de viajes, el organismo dependiente de la ONU, señaló que “sigue constituyendo un acontecimiento extraordinario que continúa afectando la salud de las poblaciones de todo el mundo, siendo un riesgo internacional, pero que por lo mismo requiere una respuesta internacional coordinada”.

Un detalle positivo es que, si bien hay nuevas modificaciones de la enfermedad, lo que genera olas, desde el inicio de las campañas de vacunación en todo el planeta, no se ha encontrado un aumento en el índice de decesos, y que los nuevos casos no tienden a ser mortales.