San José, Costa Rica.- Invitados por Punta del Este Operadora (PEO) y Avianca llegamos a Costa Rica, un país donde se respira «pura vida», para emprender una extraordinaria aventura de la mano y profesionalismo de estas grandes empresas representadas por Daphne Bravo, ejecutiva de cuentas de Avianca y Mario Alcalá, gerente comercial de PEO. Acompañados de diversos agentes de Viajes Palacio, conocimos la cultura, gastronomía, y la inmensa riqueza natural con la que posee este país centroamericano, en el que PEO ofrece diversos paquetes combinables que fusionan el turismo de aventura con distintas actividades en San José, ciudad a la que Avianca opera dos rutas diarias con un excelente servicio a bordo.

La provincia de Costa Rica alberga a 1 millón 700 mil personas, su clima es cálido por ahora pues está a punto de culminar la época de verano para dar inicio a la temporada de lluvia la cual dura ocho meses, razón por la que este país es hogar de 24 mil especies de plantas. San José está dividida en provincias y cantones, en la zona Norte yace la cordillera volcánica conformada por más de 500 volcanes, mientras que el Sur se mantiene en constante desarrollo de comercios y establecimientos que contribuyen con el esparcimiento de quienes lo visitan.

De la mano de nuestros anfitriones y con el servicio terrestre de Marbella Tours, representado por la calidez de Flor Araya y Wally Sibaja, pudimos conocer emblemáticos rincones de esta ciudad como el Teatro Nacional, un recinto que forma parte de la cultura de San José que impresiona con su arquitectura renacentista de estilo neoclásico, excelsos murales y esculturas de Pietro Bulgarelli, las cuales representan la danza, la fama y la música, que impresionan con sus decorados bañados en oro de cinco quilates.

Y para consentir a nuestro paladar llegamos al Mirador Ram Luna, ubicado en el cerro de Aserrí, a una altura de mil 750 msnm, es un restaurante que muestra las tradiciones de este bello país en un espectáculo que reúne el folklore de sus bailes regionales y música típica como la cimarrona, que en conjunto con su exquisita oferta culinaria que enaltece el sabor del arroz, los frijoles, el chile dulce, la cebolla, el ajo y el cilantro, satisface el paladar de cualquier viajero. Este mirador nació hace 59 años y es el primero en establecerse en Costa Rica, es famoso por contar con la mejor vista panorámica que muestra las provincias de Heredia, San José, Tres Ríos y algunos pueblitos de la Meseta Central, y parte de la cordillera volcánica.

Mario Alcalá y Daphne Bravo con el grupo de agentes de Viajes Palacio en el Volcán Poas

Costa Rica cuenta con una oferta hotelera de aproximadamente 2 mil habitaciones, en esta ocasión nos hospedamos en el Holiday Inn Aurola, el cual desde hace 30 años brinda un servicio de cinco estrellas. Este hotel fue el primero en ser construido bajo el concepto de arquitectura antisísmica, por lo cual es de los recintos más seguros que se ubican en el corazón de San José. Cuenta con 195 habitaciones, cuatro salones con capacidad para dar servicio a 220 personas en su conjunto, y uno más para otras 250, ideal para celebrar bodas o cualquier banquete, además cuenta con una piscina, gimnasio, bar, casino y dos restaurantes, el Tropicana y El Mirador, éste último ofrece una extraordinaria vista hacia los cuatro puntos cardinales de esta metrópoli. Holiday Inn Aurola es una excelente opción tanto para los viajeros de negocio, como para quienes pasean en familia, pues cuenta con todas las comodidades para disfrutar de una buena estancia.

Con 580 volcanes, cinco de ellos activos, Costa Rica ofrece una gran variedad de turismo de aventura y ecoturismo; A 62 kilómetros de San José yace el Volcán Poas, ubicado a 2 mil 574 msnm, un majestuoso lugar rodeado de misticismo que hipnotiza a cualquiera que se aventure a visitarlo.

Envueltos entre tantas experiencias que conquistan los sentidos con Punta del Este Operadora y Avianca, y de la mano de Mario y Daphne, nos adentramos a la belleza que resguarda el Parque Waterfall Gardens, una fascinante reserva natural ubicada dentro del hotel Peace Lodge, donde tuvimos la gran fortuna de compartir el espacio con diversas especies de animales como tucanes, guacamayas, loros, colibríes, pumas, leopardos, monos, serpientes, y en el que nos vimos rodeados de majestuosas mariposas. Con más de 70 hectáreas de vida silvestre, este parque posee además cinco cataratas que conforman al Bosque Lluvioso, un recinto lleno de «magia blanca» en el que reconocerte como parte de este mundo será la mayor experiencia.

Rodeados de árboles endémicos como el Ciprés, y continuando en la cordillera volcánica, tierra rica en hierro, llegamos al Volcán Irazú.

Yace al noreste de San Juan entre las provincias de Cartago y San José. Irazú está a 3 mil 432 msnm, fue el volcán más peligroso durante sus dos años de su última actividad registrada de 1963 a 1965. Cuenta con tres cráteres con más de 400 años de antigüedad, el principal tiene 300 metros de profundidad y mil 50 metros de diámetro; la vegetación que la circunda se nota evidentemente afectada por la lluvia ácida y la ceniza que arroja el volcán activo Turrialba, que se ubica justo a un costado del Irazú, a pesar de ello, la flora se mantiene viva formando uno de los escenarios más imponentes.

Ubicado en el distrito de La Fortuna, y con un cono perfecto, el Volcán Arenal es uno de los escenarios más visitados por los viajeros de todo el mundo, pues además de poder contemplar su imponente belleza, se puede disfrutar de una estancia bastante relajada a las faldas de éste, donde se encuentran las Aguas Termales de Baldi, el cual posee 25 piscinas diferentes con aguas que emanan directamente de este volcán, un espacio que ofrece uno de los rincones más placenteros en los que se tiene además la gran fortuna de contemplar este imponente géiser.

Ofrecer las mejores experiencias de viaje es uno de los distintivos de PEO y Avianca, por ello y para concluir con esta inolvidable aventura llegamos a Sarapiquí, un río que alcanza la frontera de Nicaragua con sus 86 kilómetros de extensión, donde realizamos uno de los deportes acuáticos más extremos: el rafting, práctica que nos empapó de adrenalina para recorrer 11 kilómetros y disfrutar de los paisajes más encantadores en los que viajamos sumergidos en un mundo de risas que llevaremos siempre en nuestras memorias.