Con la reciente activación de vuelos desde y hacia China y la apertura de fronteras, algunos países están ingresando requerimientos sanitarios y pruebas para detectar COVID-19 únicamente, lo cual ha levantado alarmas pues, tal como menciona Willie Walsh, CEO de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA):

“Es extremadamente decepcionante ver este restablecimiento de medidas que han resultado ineficaces durante los últimos tres años”.

Según investigaciones realizadas en torno a la llegada de la variante Omicron, se concluyó que poner barreras en el camino de los viajes no hace (ni hizo) ninguna diferencia en la propagación de la enfermedad. Lo máximo que se logró fue retrasar por un par de días los contagios.

“Es por eso que los gobiernos deberían escuchar los consejos de expertos, incluida la OMS, que desaconsejan las restricciones de viaje. Tenemos las herramientas para gestionar el COVID-19 sin recurrir a medidas ineficaces que cortan la conectividad internacional, dañan las economías y destruyen empleos. Los gobiernos deben basar sus decisiones en ‘hechos científicos’ en lugar de ‘políticas científicas’”, dijo Walsh.

Respecto a las acciones tomadas por China, el CEO de la IATA instó al gobierno chino a que elimine la necesidad de pedir pruebas de coronavirus para quienes buscan ingresar.