Igualmente triste en muchos sentidos es Dickens World en Inglaterra, lo que te hace feliz es que vives ahora, no en la época de Charles Dickens. Como cualquier alumno obligado a leer «Oliver Twist», Londres en el Siglo XIX estaba cubierto de niebla hollín, olía a aguas residuales y estuvo plagado de prostitutas y carteristas. Consigues todo esto en Dickens World, pero las prostitutas y los carteristas son solamente actores, es decir, tu cartera debe estar segura. Dickens World es un viaje de una hora por tren desde Londres y ofrece algo más que estatuas. En sus recorridos guiados te darán a conocer la casa embrujada de Ebenezer Scrooge, una sala de la escuela – donde los letreros instan que los niños no deban hablar – y, a continuación, un Dickens mecánico al cual probablemente no serás capaz de entender, sin importar qué grado de fluidez tengas en inglés.

Más agradable que podría ser Diggerland, de los cuales hay cuatro en Inglaterra, uno en la punta sureste no muy lejos de Dickens World. Charles Dickens casi con un notable gusto representa la miseria que la Revolución Industrial trajo a Inglaterra. Sus novelas ayudaron a poner fin a algo de la miseria de la época, pero revolcarse en un simulacro de desventura no es para todos. Diggerland, en contraste, es donde los clientes pueden jugar con maquinaria para construcción, algo que cada niño y cada hombre como un niño, sueña con hacer. En Diggerland, tendrás la oportunidad de operar un tractor o conducir un camión de volteo. Algo así como 20 actividades se ofrecen, aunque puede que no haya tiempo suficiente en un día para probarlas todas.

De nuevo en el otro lado del mundo en Beijing es Shijingshan, una versión china de Disneyland, o, según algunos, un monumento a la piratería. Explicación oficial es que sus figuras no son copias, que la inspiración vino de los cuentos de hadas europeos. El parque también incluye una montaña rusa, rueda de la fortuna y decenas de otras atracciones. Luego están los restaurantes y espectáculos, todo lo que tú has llegado a esperar de un parque temático tradicional.

Más tradicional todavía es Suio Tien en Ciudad Ho Chi Min (Saigon). Esto también puede parecer una imitación Disneyland, pero el énfasis está en Vietnam, su historia y su cultura. El parque está dedicado al budismo, en su forma animista. El animismo funciona bien para el parque temático. En lugar de Mickey y Donald, Suoi Tien ha elegido el unicornio, tortuga, y fénix como sus animales sagrados. Dragones esculpidos adornan la piscina y hay un retrato de un emperador visto detrás de una cascada artificial. Delfines entretienen y la comida es abundante.

Se planean más parques temáticos, incluyendo un Napoleonland para Francia. Pakistán está contemplando el Hazara Heritage Park que contará con restaurantes, un campo de mini golf, un zoológico de mariposas, varios paseos y un lago para practicar deportes acuáticos. Todo esto en Abbottabad, último hogar de Osama bin Laden. La idea es hacer que el mundo se olvide del vecino más famoso de la ciudad. La época de los parques temáticos está lejos de terminar.