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La huella que dejamos en el planeta, por Marco Maldonado

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Desde hace algunos años hemos empezado a tener una mayor conciencia del cambio climático que existe en el planeta y de las consecuencias que trae nuestra forma de vivir, además de la importancia de la educación ambiental que nos hace falta para que la huella que dejamos en el planeta sea positiva.

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Recuerdo que cuando era niño acostumbraba hacer papeles con calcomanías y mensajes ambientales y los repartía en la calle a la gente que pasaba. En ese momento no sabía la importancia de la educación en este tema, sólo pensaba que tenía que haber alguien igual que también le pareciera que el mensaje era importante y que las consecuencias podrían ser tan significativas que podrían acabar con la Tierra.

Después de algunos años, entendí que estaba en lo correcto y que hay personas de todas las edades que están tratando de cambiar la huella que estamos dejando en el planeta, desde esfuerzos pequeños hasta niveles a gran escala.

Los pequeños esfuerzos han empezado con la disminución del uso de plásticos (bolsas, contenedores, popotes, etc.) que se ha viralizado en los últimos años gracias a las redes sociales, además de lograr mayor conciencia en los viajeros al empezar a utilizar botellas de agua reutilizables, bolsas de tela, utensilios de bambú o madera, logrando que el uso de plástico se disminuya, pero los esfuerzos no son recientes ni sólo se han quedado ahí.

Desde 2008, IATA implementó, de manera global, el uso del boleto electrónico en todas las aerolíneas, medida que contribuyó a reducir de manera importante el uso de papel, no sólo en boletos electrónicos, sino para pases de abordar, manuales operacionales y otros usos que se daban de manera habitual. Ahora, al igual que en nuestra vida cotidiana, la digitalización de muchos procesos ha ayudado a reducir el uso del papel sustituyéndolos por dispositivos como Smartphones, tablets y asistentes virtuales imprescindibles en la transformación digital.

Aunado a estas medidas, las aerolíneas comerciales han empezado a modernizar su flota por equipos más amigables con el medio ambiente, que en principio tienen mejoras en el diseño, incluyendo los winglet y sharklets – piezas que se encuentran en la punta de las alas y en la cola del avión- que mejoran el consumo de combustible hasta en 20 % en cada vuelo.

La llegada de aviones como el Boeing 787-8 Dreamliner ha logrado, además de mejorar la experiencia de viaje de los pasajeros, reducir turbulencias, ofrecer mayor confort y disminuir el ruido ambiental que produce cualquier avión en un 60 %, además de bajar en un 25 % las emisiones de dióxido de carbono.

Para poder brindar una mejor experiencia de vuelo, Air Europa incorporó el Dreamliner en su flota, y a partir de abril 2020 en la ruta Cancún-Madrid, ha apostado por ofrecer una comida ecológica y saludable incorporando a bordo menús elaborados con productos certificados de origen de calidad, sin aditivos ni conservadores y servidos en materiales reciclables con un diseño innovador. ‹

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Marco Maldonado
Es gerente Comercial de TAL Aviation Group.

Tiene una licenciatura en Relaciones Internacionales y es un apasionado del turismo y de la aviación. Por ello, posee más de 15 años de experiencia en aerolíneas comerciales. Con una trayectoria impecable.

Actualmente representa, a través de TAL Aviation Group, a aerolíneas como Air Europa, Air Transat, ASL France, Finnair y Precision Air.


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