Mundial de Fútbol y su realidad: Un deporte de pasión y unión

Sabemos que más del 50 % de personas a nivel mundial estuvieron viendo la Copa del Mundo. Causó gran pasión, apuestas, mercadotecnia e impulsó la economía, con ello se logró favorecer al turismo, la gastronomía, el comercio, entre otros.

Nos hizo distraernos de la realidad de nuestro país. Nos olvidamos de las guerras, envidias, devaluación, inflación y partidos políticos.

Nos unió para apoyar al país, no importando de qué equipo fuimos partidarios.

Argumentar que se trata de una pasión que emboba las conciencias no es sino una expresión más del desprecio y la incomprensión de lo popular.

Intensidad y fervor se desbordaron en todas partes del mundo, unos países más futboleros que otros.

En Argentina es notable la magnitud con la que millones sufren y se emocionan durante cada partido, lo más llamativo aún es que se trata de un evento que, se gane o se pierda, los fanáticos saben que habrá otra oportunidad de ganar.
Lloramos y reímos por un tiempo, después volvemos a nuestra realidad.

Termina cada partido, convivimos con amigos, tertulia y seguimos el camino diario.

La pasión llega hasta la muerte, ese es el fanatismo. Argentina, gran ejemplo de esto al esperar hasta dos días en la calle para ver ¡a los campeones! No importaba si eran fans del Boca o del River, aficionados que no se pueden ver ni en pintura.

Argentina y su economía

Explicar los serios problemas económicos de un país que no despega, no tiene lugar ni lógica, pero si se lo hace desde la óptica de lo que genera el fútbol, es impresionante.

Un país con graves problemas económicos, políticos controvertidos en todos los sentidos menos en el fútbol.
¿Leo Messi a la presidencia? ¿Arreglaría su situación?

Y, ¿qué pasó en Qatar?

Todos los expertos sabíamos que era muy caro asistir a la copa de fútbol, al otro lado del mundo, no era una novedad el costo de los billetes de avión, donde hospedarse por más de 15 días forzosos, alimentos, entradas a los partidos, adquirirlos con empresas serias, cumplir con reglas estrictas, el Mundial más caro que los otros realizados en otros países.

Mito o realidad

Sí, este Mundial fue de muchos mitos y misterios debido a las estrictas reglas que tiene Qatar en cuanto a vestimenta, festejos y el consumo de alcohol y las normas para mujeres.

Fue una organización extraordinaria, en un país con un gran poder económico.

Lo hicieron muy bien dejando en alto su poder de organización y sus majestuosos ocho estadios en un radio tan pequeño de 70 kms construidos en un tiempo muy corto, hoy criticados por las pérdidas humanas que hubo en la construcción de los mismos.

Ciudad con 2.3 millones de habitantes, solo 18 % de origen qatarí, el resto inmigrantes atraídos por el petróleo y antes las perlas. Y que prácticamente vio duplicada su población sin problemas de hacinamiento, amontonamiento, embotellamientos al recibir a más de 2 millones de turistas.

Qatar ha crecido de una manera considerable en los últimos tiempos. La red del Metro tiene apenas tres años de vida, se construyen edificios con una rapidez inusitada y los estadios han estado a la altura de un país con mucha riqueza.

Por lo pronto, así como Qatar alzó la vara. Y los mitos los dejó atrás al demostrar que todos los fanáticos al fútbol que asistieron pasaron unos momentos irrepetibles.

Y vino la celebración de la Navidad

Regresar a casa rápidamente para estar con la familia y festejar la tradicional Nochebuena y la Navidad llena de buenos deseos, regalos y todos haciendo su lista de propósitos para iniciar el 2023. Será, sin duda un año desafiante: guerras, recesión económica mundial, nuevas enfermedades respiratorias, cambios climáticos, en fin un gran reto nos espera.

Solo la unión de todos, tomando conciencia de nuestros actos y trabajando en equipo, cuidando al planeta, será lo que nos ayude a lograr nuestros objetivos.

Segura estoy que la industria del turismo logrará fortalecerse cada día más.

En este 2023: la suma es “7” por lo que este número representa análisis y sabiduría, así como un año de transición y de nuevos desafíos, así que… ¡no tengas miedo!