
Enoturismo foco de atracción para los viajes
Las experiencias inmersivas e interactivas son un motor que mueve la planeación de viajes en este 2025. Bajo este escenario, el enoturismo cobra relevancia. Las vistas a las bodegas y viñedos, son una puerta para conectar desde otra forma con la cultura.
Una gran variedad de historias se insertan en el horizonte, no sólo hablan de la vid, hay más: conocer las propiedades de las tierras que favorecen el cultivo de uvas de diferentes tipos, los valores y tradiciones de las familias vitivinícolas, el arte que hay detrás de las botellas y hasta la pasión que ponen en cada uno de los productos, permiten conectar desde otro ángulo en las travesías.
Más allá de las catas
En ocasiones hasta la gastronomía forma parte de estos recorridos especiales, las bodegas trabajan no sólo en ofrecer catas, también hay otras experiencias como picnics, cenas gourmet creadas por reconocidos chefs, visitas para presenciar de primera mano el proceso, recorridos sensoriales. Al elevar las personalizaciones se le añade un toque de lujo a estas aventuras.
Atractivos personalizados
Otro punto clave, es que cada vez más personas buscan escapadas que brinden relajación, allí las encontrarán. A través de los entornos naturales, recorridos en bicicleta, clases de meditación y hasta técnicas que incluyen terapias en los spas y hoteles aledaños, logran aportarles acentos holísticos. La desconexión con el ritmo agitado es inminente.
Así es como los viñedos se diversifican, pues conectan con la naturaleza, la comida, el bienestar, la cultura local y el vino. De hecho, se pronostica que el enoturismo tendrá una sólida tasa de crecimiento anual del 11.3 % hasta el 2031.
Experiencias ganadoras
Recientemente, se celebró la gala de los Premios Best Of Wine Tourism Rioja 2026, impulsados por la red mundial de Grandes Capitales del Vino (GWC) que agrupa a las 11 zonas vitivinícolas del mundo como Adelaida-Australia, Bilbao-Rioja, Burdeos-Francia, Mendoza-Argentina, Oporto-Portugal, San Francisco y Napa Valley en Estados Unidos, entre otras, que reconocen experiencias enoturísticas de excelencia. Algunas preseas fueron:
Experiencia Innovadora en Enoturismo, a Bodegas Ramón Bilbao
Brinda un recorrido inmersivo y multisensorial para abrir espacios nunca antes abiertos al público. Imagínate, en una sala hay difusores de aromas, pantallas de visión en tiempo real de viñedos que invitan a tocar y sentir la esencia del proceso vinícola, en grupos de 14 personas.
Arquitectura, Parques y Jardines, al legado de Bodegas Faustino en Oyón Álava
Por la rehabilitación respetuosa de una bodega histórica y su nuevo centro de visitantes de inspiración industrial que se integra perfectamente al paisaje.
Experiencias Gastronómicas, al Restaurante Las Lías en Bilbao
Por su cocina sin pretensiones pero de gran nivel, con una carta dinámica de vinos para una experiencia cercana y gourmet.
Factores clave
Cabe destacar que la generación Z y los millennials son los que más buscan vivencias auténticas relacionadas con el vino, impulsadas por visitas a viñedos y catas, lo que ha dado un valor global de $108 mil 300 millones de dólares en este 2025, un ingreso superior al de años anteriores. Se prevé que aumente su valor a $258 mil 600 millones de dólares para 2035, según cifras de Future Market Insights inc.
Hay destinos que día a día se consolidan en enoturismo como Francia, España e Italia. Sin embargo, hay otros que han emergido en este 2025: Reino Unido gracias a Hambledon Wine EState, la cuna del vino inglés (espumoso); Portugal con Porto, la puerta de entrada al Valle del Duero, donde se cultivan las uvas para el Oporto; Sudáfrica por Stellenbosch con más de 100 bodegas en la región ha ganado terreno como promotores de la cultura del vino.
Esto es posible gracias a la diversificación de experiencias enoturísticas que ofrecen. Así es como el mundo de los viajes tiene otra tendencia a la alza que permite estrechar los lazos con la tierra, la cultura, los sabores y hasta con prácticas sostenibles.