
8 lugares perfectos para escapar de la rutina y conectar con la naturaleza
El turismo sostenible sigue ganando terreno en el mundo. Cada vez más personas se comprometen a viajar de forma responsable, respetando el medio ambiente y a las comunidades locales. En este contexto, México se posiciona como un destino ideal para escapar de la rutina y reconectar con la naturaleza.
Gracias a su vasta riqueza —que abarca playas paradisíacas, ecosistemas diversos como desiertos, selvas y montañas, así como una profunda herencia cultural y arqueológica con sitios emblemáticos como Chichén Itzá y Teotihuacán—, México se consolida como un país privilegiado para quienes buscan experiencias auténticas y sustentables.
Si estás planeando salir de viaje y buscas lugares cercanos para reencontrarte con la naturaleza, en INVERTOUR te compartimos ocho opciones ideales para disfrutar del turismo verde:
Parque Nacional Dzibilchaltún, Yucatán
Ubicado a pocos kilómetros de Mérida, este sitio combina historia y entorno natural. El cenote Xlacah —de aguas cristalinas y poco profundas— invita a refrescarse entre especies como mimosa, acacias, cenzontles y colibríes. Un lugar perfecto para el ecoturismo y la contemplación.
Sótano de las Golondrinas, San Luis Potosí
Situado en la comunidad de Tamapatz, este abismo natural de 512 metros de profundidad y hasta 300 de diámetro en su base es uno de los más espectaculares del planeta. En su interior habitan vencejos, pericos y murciélagos, que emergen en espiral al amanecer. Ideal para actividades como rappel, espeleología y paracaidismo.
Barrancas del Cobre, Chihuahua
Más extensas que el Gran Cañón del Colorado, conforman un sistema de siete cañones en la Sierra Tarahumara, hogar del pueblo rarámuri. La mejor forma de explorarlas es a bordo del tren “El Chepe”, que atraviesa paisajes imponentes y conecta puntos turísticos como Creel, Divisadero y Los Mochis.
Isla Tiburón, Sonora
La más grande de las más de 900 islas del mar de Cortés forma parte de un archipiélago declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2005. Cerca, en la isla Rasa, anida el 95% de la población mundial del charrán elegante y la gaviota ploma.
Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, Sonora
Situada en el extremo noroeste del país, esta reserva ofrece un paisaje desértico de apariencia lunar, con cráteres gigantes como El Elegante, visibles desde varios miradores. Es una de las zonas más áridas, pero también más sorprendentes de México.
Parque Nacional Izta-Popo, entre Puebla y el Estado de México
Entre bosques de pino se alzan los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Fue una de las primeras áreas naturales protegidas del país (1935). Actualmente, debido a la actividad volcánica del Popocatépetl, solo se pueden recorrer senderos marcados y llegar hasta puntos como La Joya o el Paso de Cortés.
Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro, Quintana Roo
A 30 kilómetros mar adentro de Mahahual y Xcalak, este atolón —el segundo más grande del mundo— es un paraíso para buceo y esnórquel. Además de su rica vida marina, alberga un cementerio de barcos encallados y zonas de pesca regulada del caracol rosado.
Pantanos de Centla, Tabasco
En esta reserva, de casi 303 mil hectáreas, confluyen los ríos Grijalva y Usumacinta, generando un ecosistema de humedales, lagunas y manglares que alberga más de 500 especies de plantas y una asombrosa variedad de fauna acuática y terrestre.