Este año se perfila para ser uno de los más fructíferos para la aviación, ya que en 2017 obtuvimos ganancias netas cercanas a los $34.5 mil millones dólares, esto debido a la demanda, la eficiencia y los pagos de intereses reducidos, mismos que ayudarán a las aerolíneas a mejorar su rentabilidad neta en 2018, esto según un reporte publicado por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

«Estos son buenos tiempos para la industria del transporte aéreo mundial. El rendimiento de seguridad es sólido. Tenemos una estrategia clara que está generando resultados sobre el desempeño ambiental. Ahora más que nunca viajan más personas. La demanda de carga aérea está en su nivel más fuerte y más de un empleo está creciendo, se están abriendo más rutas y las aerolíneas están logrando niveles sostenibles de rentabilidad. Sin embargo, aún es un negocio difícil, y nos enfrentamos al costo por el aumento de los gastos de combustible, mano de obra e infraestructura”, dijo Alexandre de Juniac, director general y CEO de IATA.

Con relación al flujo de personas, se espera que esta incremente hasta los 4 mil 300 millones de viajeros, mientras que el tráfico aumente en un 6 por ciento, ligeramente por debajo de lo que se percibió este año de 7.5 por ciento pero aún sobre la media de los última década (5.5 por ciento).

Por su parte, uno de los retos de rentabilidad que afrontará la aerolínea es el aumento de costos en lo que respecta a los precios del petróleo, ya que IATA calcula que éste podría elevarse a los $60 dólares por barril, un 10.7 por ciento más que en 2017.

“Los beneficios de la aviación son convincentes: 2.7 millones de empleos directos y apoyo crítico para el 3.5 por ciento de la actividad económica global. Y la industria está lista para asociarse con los gobiernos para reforzar las bases de la conectividad global que son vitales para la vida moderna”, dijo de Juniac.

En lo que respecta a América Latina, se espera que en 2018 se genere una ganancia neta de $900 millones de dólares, así como un crecimiento del 8 por ciento en cuanto a la demanda de pasajeros, resultando sumamente beneficioso para México y Brasil.