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Tipos de viajero que llevamos dentro

Viajar no solo nos lleva a nuevos destinos.  También nos conecta con versiones de nosotros mismos que, a veces, ni sabíamos que estaban ahí. Con cada trayecto, cada llegada, cada maleta deshecha, algo se despierta, se genera una emoción, una mirada, una forma distinta de ver, estar, entender y descubrir el mundo.

Después de estos años escribiendo esta columna, me quedo con la certeza de que los mejores viajes no solo suceden afuera, sino también adentro, en los aprendizajes, en las lecciones, en las historias, en las vivencias. Por eso, hoy quiero despedirme de esta columna con un homenaje a esos viajeros que todos llevamos dentro. Algunos son más frecuentes y aparecen en cada salida, otros se asoman solo en los momentos más inesperados o en los que los necesitamos, pero todos, de una forma u otra, nos acompañan cada vez que decidimos movernos.

1. El que se asombra por todo 😮

¡Típico! Es ese viajero que mira todo como si fuera la primera vez. Que saca fotos de puertas, ventanas, nubes, calles, platos medio vacíos o carteles escritos en otro idioma. Se maravilla con el color de los autos o casas, el aroma de una panadería escondida o las formas en que las nubes aparecen junto al atardecer sobre una calle cualquiera. No necesita monumentos increíbles ni vistas panorámicas paradisíacas para emocionarse: lo cotidiano también lo deslumbra. Es el viajero que nos recuerda que el asombro no depende del destino, sino de los ojos con los que se mira. Que lo verdaderamente extraordinario muchas veces está en los detalles que otros pasan por alto.

2. El que quiere perderse 🏃

No le gusta seguir el mapa o cumplir una lista de imprescindibles. Simplemente prefiere doblar en cualquier esquina por donde no sabe qué hay en el camino, avanzar sin rumbo, meterse en la calle menos turística solo para ver descubrir algo nuevo. Se deja llevar por la intuición, por un sonido, por un olor, por un presentimiento, por el corazón. Perderse, para este viajero, no es un problema: es parte del viaje, es la aventura que busca. Porque algunas de las mejores historias comienzan justo cuando no sigues un plan y la espontaneidad aparece.

3. El buscador de historias 🗣️

 

Viajar no es solo para ver lugares, sino para oír historias. Es el que entabla conversación con el conductor del autobús, la señora del puesto de frutas, el camarero que le sugiere algo “como lo hacemos en casa”, el que vive de las palabras, al que le emociona conectar y aprender por medio de ellas. No tiene prisa. Eso sí, escucha. Pregunta. Recuerda nombres, sitios, y a veces hasta anota frases, se queda pensando en esas hermosas historias de vidas ajenas que cruzaron la suya por un instante, que le dejaron algo nuevo. Este viajero sabe que los destinos se viven y entienden mejor a través de su gente, y que una historia bien contada vale más que cualquier fotografía.

4. El que se quiere quedar un poco más ⌛️

A este viajero cómo le cuesta irse. Es de los que se adapta rápido y se encariña, tiene una cafetería favorita, conoce el camino sin Google Maps, saluda al de la esquina como si fueran amigos de toda la vida. Siente que aunque solo ha estado unos días, una parte de él se quedó ahí, y un algo del lugar se le pegó a la piel. Es el que suspira al hacer la maleta, el que ruega diciendo “una noche más” aunque sepa que ya no se puede. Porque para esta persona hay destinos en los que no basta mucho tiempo para sentirlos como un hogar.

5. El que extraña y se emociona 🥹

El nostálgico, el que no puede evitar que cada viaje algo le mueva por dentro. Se emociona con una canción que suena igual que en su casa, llora viendo un atardecer, se queda en silencio durante una comida recordando a alguien. Los recuerdos, las memorias y las experiencias previas son parte de su viaje, pero viaja con el corazón abierto. Este viajero sabe y está convencido que explorar el mundo no se trata de olvidar lo que se deja atrás, sino de aprender a llevarlo contigo de otras maneras y que cuando el recuerdo aparece el viaje se disfruta más.

6. El práctico 💼

¡Siempre está preparado! Viaja con un súper kit que contiene curitas, adaptador universal, cargador de batería extra, cables, kleenex, y todas las app del mundo para facilitarle el viaje. Leyó previamente al viaje, se informó, sabe cómo resolver, tranquiliza al grupo, organiza las reservas y encuentra el baño más cercano en un minuto. Ya tiene todo medido, le preguntas y ya sabe qué lugares visitar, qué transportes elegir y hasta de qué horarios te va a hablar. Soñado quizás no sea, pero gracias a este viajero, muchos de los momentos caóticos terminan siendo las mejores anécdotas. Es el que trae orden al caos.

7. El que se reinventa 🎭

En cada viaje prueba una nueva versión de sí mismo. Esa persona que se atreve, que le gusta experimentar, que le gusta retarse y descubrir el mundo a través de vivencias nuevas. Prueba sabores nuevos que no entiende y que quizás nunca lo hará pero tiene la valentía de hacerlo, es el primero en decir «yo» cuando los guías de turismo piden voluntarios para una actividad, no le da miedo retarse, aprender. Viajar, para él, es jugar a ser su mejor versión a través de algo nuevo, simplemente se siente libre de probar, de equivocarse, de volver a empezar.

8. El que vuelve distinto 😎

Quizás puede parecer el más callado o reservado de todos. No es de los que publica fotos ni cuenta todo al llegar, es de los reservados, de los que notas que su mirada cambió. Una idea nueva, una manera diferente de ver el mundo, una certeza que antes no tenía, un aprendizaje, una lección. Este viajero no necesita comunicar, presumir, tener la foto del instagram o los grandes gestos, su transformación es sutil, pero real. Reflexiona, aprende y crece. Porque incluso si todo sigue igual al volver, él ya no es la misma persona. Y eso, en el fondo, es lo que hace que el viaje valga la pena.

Y todos ellos se quedan contigo, unos más que otros y los disfrutas dependiendo el viaje y lo que quieras gozar, aprender o conocer. Y todos estos viajeros interiores seguirán apareciendo, cada vez que uno se anime a ver y entender el mundo de una manera distinta. Gracias por acompañarme en este viaje entre palabras, destinos e inspiración. Porque mientras haya algo por descubrir, explorar o una emoción por sentir, el camino siempre continúa. Aunque esta columna ha llegado a su fin, los viajes verdaderos no terminan nunca sobre todo si se tiene un #EspírituWanderlust.

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