La Guaira, Caracas

Venezuela fue el tercer país que visitamos en el recorrido de Las Antillas, un territorio lleno de contrastes con tanta riqueza en sus tierras, donde el extranjero puede comer y beber con menos de cinco dólares; en sus edificios la mirada de Chávez no deja de vigilar a esa nación que aún mantiene la esperanza de por lo menos gozar de educación, salud y vivienda. En la Guaira, yace a 2 mil 600 msnm el imponente parque nacional El Ávila, un exuberante paraje de 89 mil hectáreas que resguarda a 200 especies de aves, 44 cascadas, y miles de árboles que son los guardianes de este inmenso capricho natural que también es hogar de 3 mil venezolanos, y el principal pulmón de Caracas, una inmensa fuente de oxígeno desde donde podrás escuchar por encima de las nubes el lenguaje de los árboles, la música de las aves y el murmullo del agua. Para descender de este onírico parque, y obtener una vista panorámica de Caracas, encontrarás la opción de bajar en teleférico, una experiencia que abrirá tus sentidos para regalarte excelentes fotografías de esta ciudad.

Continuando la experiencia en altamar, Judith Palleiro, directora general de Pullmantur para México y nuestra excelente anfitriona, nos dijo que los pasajeros que viajan en distintas navieras han otorgado el premio Excellence por sexto año consecutivo a la tripulación de Pullmantur, la razón principal: su calidez y la identificación que hay de los tripulantes con los pasajeros, “Nosotros tenemos un programa muy intenso, en Pullmantur los capacitamos no sólo en las cuestiones técnicas, sino también en el desarrollo humano, el pasajero para nosotros es nuestra esencia, la mayor parte de los tripulantes son latinos, lo que hace que se tenga un enfoque cálido en el servicio”, indica. La especialidad en las habilidades de cada integrante hace que la tripulación de la naviera conjunte a más de 30 nacionalidades.

Después de disfrutar de las comodidades que otorga The Waves, un Club privado en el que además de gozar de un ambiente exclusivo en el que escribir o leer es realmente placentero, llegamos a Curaçao… una isla que posee la fusión europea en sus construcciones y africana en su población, donde vivimos una experiencia totalmente sensorial al nadar con Delfines, en la que la conciencia del hombre se amalgamó con la riqueza de la existencia de ese cetáceo de piel suave y gentil trato.

Tras una semana en altamar a bordo del Monarch, concluimos esta experiencia llena de humanidad, excelente comida, hermosos paisajes, grandes shows y bienestar, que en su conjunto hacen de este recorrido de Las Antillas el favorito de muchos. Iniciamos en Panamá, visitamos Cartagena, Aruba, La Guaira y Curaçao, viviendo cada uno de ellos con la esencia de Pullmantur, empresa liderada en México por Judith Palleiro, una mujer que posee un ser auténtico, una infinita pasión por su labor y una grata solidaridad con su equipo de trabajo.

La fuerza del Sol, la belleza hipnotizante de aquella Luna llena dorada en Cartagena, lo sublime del mar de Aruba, los contrastes de Venezuela y las inmejorables experiencias que vivimos en Curaçao han hecho de este afortunado viaje una historia inolvidable llena de la calidez siempre presente en la tripulación de Pullmantur que se amalgama con la belleza de cada país y el sublime nacimiento de los amaneceres y atardeceres que -como dijo Gerardo-, “convierten al mar en un espacio con muchos secretos” que difícilmente querrás abandonar, pero siempre repetir con Pullmantur.