¡Conoce! 3 destinos europeos para explorar sin multitudes | Invertour
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¡Conoce! 3 destinos europeos para explorar sin multitudes

De noviembre a marzo podemos decir que estamos oficialmente en la temporada baja. Especialmente, en Europa y Norteamérica. Probablemente, el factor principal para que disminuyan los viajes, es el clima. Lo que se traduce en menos gente, filas más pequeñas y hasta reservas espontáneas que son posibles.

El placer de disfrutar

Además, los viajeros han pasado del miedo a perderse algo (FOMO), por sus siglas en inglés, al placer de perderse algo (JOMO). Lo que incluye apostar por ritmos más pausados, permaneciendo mayor tiempo en menos lugares en busca de experiencias auténticas, mientras se prioriza el bienestar.

De hecho, un reciente estudio indica que cuatro de cinco familias eligen lugares alejados de las grandes ciudades y prolongan sus viajes por más de una semana, según datos de Airbnb. Lo que incluso permite estrechar y fortalecer los vínculos familiares.

3 imperdibles

Si planeas un viaje lento para el invierno, estas son tres recomendaciones que te cautivarán y donde no te toparás con multitudes:

1- Capadocia en Turquía

Explora sus ciudades subterráneas, debes saber que fueron excavadas por las primeras civilizaciones para usarlas como refugio. Derinkuyu y Kaymakli, te fascinará porque tienen varios niveles. Para conocer más de cerca su cultura, elige un tour guiado por el Castillo de Uchisar, el punto más alto del destino, y el valle de Pasabag, que alberga cuevas de ermitaños en rocas con forma de setas. El museo de Göreme, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO con 30 iglesias rupestres, te fascinará.

Si quieres esquiar, dirígete al monte Erciyes, con 55 kilómetros de pistas. No te pierdas de un viaje en globo aerostático, para vislumbrar sus valles nevados al amanecer o una cata de vino en bodegas subterráneas en Ürgüp. Para olvidar las tensiones apuesta por un “hammam” (baño turco tradicional) con vapor y masajes.

Qué comer: prueba el testi kebab, con cordero o ternera, cocinado en una olla de barro sellada.

2- Fuerteventura, Islas Canarias

Adéntrate en dunas ondulantes de arena dorada en el Parque Natural de Corralejo, te sentirás como en un pequeño Sahara; lo mejor, se encuentra bañado por las aguas turquesas del Atlántico. Disfruta de las playas salvajes en Cofete, remotas y rodeadas de imponentes montañas o las lagunas mareales de Sotavento, aptas para el kitesurf. Sorpréndete en la Playa de Popcorn, que tiene algas fósiles que recuerdan a las palomitas de maíz.

Realiza una excursión marina para avistar ballenas y delfines. En la isla de Lobos podrás practicar senderismo y admirar aves. Descubre el proceso de producción del queso de cabra con degustaciones y visitas a las granjas en el Museo del Queso Majorero. En el Centro de Interpretación del Molino de Antigua explora la molienda tradicional y en el Museo de la Sal en las Salinas, te explicarán todo sobre la recolección de sal marina.

Qué comer: disfruta del pescado fresco a la plancha o de ensalada de pulpo, acompañados de vinos canarios.

3- Snowdonia, Gales

Alberga el pico nevado Yr Wyddfa, también llamado Snowdon con 1 mil 085 metros de altura, el más alto de Gales y responsable del nombre de una región rodeada de valles, glaciares, cascadas y bosques ancestrales. A bordo del ferrocarril de Snowdon tendrás unas postales espectaculares de sus paisajes.

El Lago Llyn Idwal y el Llyn Tegid, te deslumbrarán por su aspecto congelado parcialmente. Goza de una descarga de adrenalina en la tirolina subterránea en Bounce Below. Cabe destacar que el Parque Nacional Eryri, forma parte de la Reserva Internacional del Cielo Oscuro, por su baja contaminación lumínica, te brindará impresionantes noches estrelladas y hasta podrás apreciar meteoros. Recorre los Castillos del Anillo de Hierro, que datan del siglo XIII: Beaumaris, Caernarfon, Conwy y Harlech, declarados patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Qué comer: el Welsh rarebit, una tostada gratinada con una mezcla de quesos, mostaza y cerveza, un clásico de los pubs. Los Welsh cake (bollos tostados) son el maridaje perfecto del té.