El jet lag es un trastorno temporal del sueño que afecta a muchas personas después de realizar viajes largos en avión, especialmente cuando cruzan varias zonas horarias. Este fenómeno ocurre cuando el reloj biológico de una persona no coincide con el horario local del destino, lo que provoca fatiga, insomnio, dificultad para concentrarse e irritabilidad.

Esta condición se manifiesta con mayor intensidad cuando el viaje se realiza hacia el este, ya que obliga al cuerpo a adelantar su reloj, lo que resulta más difícil que retrasarlo. Por ejemplo, un vuelo de Ciudad de México a París, Tokio o Sídney suele generar más desajustes que uno hacia Nueva York o Los Ángeles. Las rutas trasatlánticas o transpacíficas, en particular, figuran entre las más exigentes para el cuerpo humano.

Aunque el jet lag no se considera una enfermedad, sí puede afectar el desempeño físico y mental durante los primeros días del viaje. Por ello, seguir algunos consejos puede ayudar a reducir sus efectos y adaptarse más rápido al nuevo huso horario.

Combate el jet lag

• Ajustar el horario antes del vuelo: Dormir y comer un poco más temprano (si se viaja al este) o más tarde (si se viaja al oeste) en los días previos al vuelo puede preparar al cuerpo para el cambio
• Dormir bien antes de viajar: Evitar embarcar con sueño acumulado mejora la capacidad de adaptación al nuevo horario.
• Nada de alcohol y cafeína: Estas sustancias interfieren con el descanso y pueden aumentar la deshidratación, lo que agrava los síntomas del jet lag.
• Mantenerse hidratado: Tomar suficiente agua durante el vuelo ayuda al organismo a soportar mejor la presión del viaje.
• Exponerse a la luz natural: La luz solar es clave para reajustar el reloj interno. Pasar tiempo al aire libre durante el día en el nuevo destino ayuda a sincronizar el ritmo circadiano.
• Comer a horarios locales: Adaptar las comidas al nuevo horario facilita la transición del cuerpo al entorno del destino.
• Evitar dormir en el día al llegar: Permanecer despierto hasta el anochecer local ayuda a regular el sueño nocturno.

Con estos consejos, es posible reducir el impacto del jet lag y disfrutar con mayor energía. Adaptarse puede tomar entre uno y tres días, dependiendo del número de husos horarios atravesados.