Bad Bunny agotó en cuestión de horas ocho fechas consecutivas en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México, programadas entre el 10 y el 21 de diciembre de 2025. Lo que comenzó con uno o dos conciertos pronto se convirtió en una serie completa tras el éxito en preventas. Aun con la multiplicación de fechas, los boletos se terminaron y la reventa elevó los precios hasta 56,000 pesos en plataformas como Viagogo. En la venta oficial, los precios iban desde 1,093 pesos hasta 12,000 en zona Pit.

El fenómeno no es exclusivo de México. En países como República Dominicana, Costa Rica, Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Alemania, Francia y España, las entradas para los conciertos de Bad Bunny también se han vendido a ritmo acelerado. En ciudades como Madrid, Barcelona, Londres y París, los conciertos tendrán lugar en recintos emblemáticos, lo que asegura una importante afluencia de viajeros nacionales e internacionales.

Conciertos y turismo: una fórmula que impulsa la economía local

Eventos como el DeBÍ TiRAR MáS FOToS Tour de Bad Bunny no solo representan un éxito comercial para el artista, sino también un motor para el turismo en cada sede. El turismo de conciertos se ha convertido en una tendencia clave en ciudades que buscan atraer visitantes a través de experiencias culturales y musicales. Cuando un artista internacional como el intérprete de «Tití me preguntó» se presenta en múltiples ciudades del mundo, se genera una cadena de consumo: transporte, hospedaje, alimentos, tours y comercio local.

Ciudades como la CDMX, Buenos Aires, Madrid o Tokio aprovechan la atracción de estos conciertos para fortalecer su oferta turística. Los viajeros asisten al evento y prolongan su estancia para conocer los alrededores, lo que beneficia a sectores como hotelería, gastronomía y servicios turísticos. Además, los conciertos masivos elevan el perfil internacional de la ciudad anfitriona y refuerzan su posicionamiento como destino global de entretenimiento.

Bad Bunny en gira global, una audiencia diversa

Bad Bunny ha logrado convocar audiencias de diferentes edades y nacionalidades. El éxito de su gira refleja una conexión cultural entre generaciones y una influencia que rebasa fronteras. Con conciertos agotados en América, Europa, Asia y Oceanía, su tour no solo marca un hito en la música latina, sino que también demuestra cómo el espectáculo musical se convierte en catalizador para el turismo y el desarrollo económico regional.

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