Enviada especial Grecia Saucedo

Si te digo que vas a viajar a Alaska, ¿cuál es tu reacción? La mía fue de emoción extrema, es uno de los destinos más impresionantes en el mundo y además seguramente está en la bucket list de la mayoría. Yo tuve la oportunidad de conocerlo y lo mejor es que fue a través de un crucero, el Norwegian Encore de Norwegian Cruise Line.
Les cuento que era mi primer viaje sola, me refiero a sin acompañantes y además en altamar por siete días, algo que a muchos les parece pan comido pero bueno, a mí no. Obviamente tenía sentimientos encontrados porque por una parte ¡wow Alaska! Pero por otra, tenía la preocupación de qué tan divertido me resultaría si no podía compartir con nadie la experiencia, ¿saben a qué me refiero?

Bueno, hoy en día esos pensamientos que tuve me dan risa, esta ha sido la mejor aventura de mi vida, no lo digo sólo por el destino sino porque todas esas dudas que tenía se disiparon gracias al increíble trabajo que el personal del barco hace. Y es que, si me pidieran describir a NCL, atención y servicio son las dos primeras palabras que vienen a mi mente porque las personas que son parte de la tripulación se vuelven tu familia, te cuidan, te protegen, te regalan una sonrisa todo el tiempo y siempre, siempre sabes que puedes contar con ellos para lo que se necesite, además de que todas las actividades, restaurantes y el entretenimiento que brindan durante tu viaje son impecables.

Seattle

El viaje empieza en esta bella pero muy lluviosa ciudad, conocida por muchos por ser el hogar del equipo de fútbol americano, los Seahawks. Previo al viaje se recomienda tener una prueba de antígenos negativa pero además para seguridad de todos, NCL antes de abordar realiza un test a todos los viajeros, sin costo alguno, para asegurarse de crear una burbuja de salud que navega el mar algunos días, porque no sólo sabes que todos dieron negativo sino que también están vacunados ya que es una de las políticas actuales, por lo que créanme esto brinda muchísima seguridad, tanta que una vez a bordo todos nos quitamos el cubrebocas y por siete días enteros olvidamos el estrés de esta terrible pandemia, así de seguro estás y te sientes. ¡Ah!, pero eso sí, los trabajadores del barco ellos sí por respeto y protección de todos tienen como regla usar la mascarilla.

Icy Strait Point

La primera parada después de salir de Seattle es esta, un pequeño puerto donde la lluvia nos dio la bienvenida pero pese a esto regala un paisaje increíble y que sin duda, con sol o sin él, con lluvia o sin ella, se disfruta a lo grande. Puedes degustar comida en sus restaurantes locales, ver un par de casas y posar para la foto y eso sí adquirir muchísimos souvenirs o artesanías propias del lugar.

 

Altamar

En todo el viaje estuvimos por unos días en el mar y son de los que sin duda NCL se encarga de que más diversión puedas tener a bordo de su crucero, las actividades que ofrecen a lo largo del día son infinitas, para todos los gustos, de todo tipo desde juegos en el atrium, clases de pintura o foto, opciones muy variadas de restaurantes, obras como Choir of Man o el show de The Beatles y por supuesto un área de juegos con realidad virtual, un laser tag y la famosa Norwegian Speedway, la pista de carreras más grande en alta mar, ubicada a 13 pies sobre un costado del barco. El tiempo pasa y te olvidas que andas navegando. La diversión, les juro, es ilimitada.

Juneau

Podrás recorrer las calles del centro de la ciudad y descubrir un sinfín de tiendas que tienen todos los souvenirs que necesitas, pero si de glaciares se trata, este lugar no decepciona. Tomamos un tour por la ciudad que culminó en el Glaciar Mendenhall, una verdadera joya de la naturaleza, porque si de wildness se trata Alaska es perfecta para eso y no desilusiona.

Glacier Bay

Uno de los regalos más grandes de esta ruta es el día que navegas hacia esta bahía, temprano desde cualquier punto del barco podrás apreciar el inicio de algo hermoso: los glaciares. Todos se dirigen a la parte exterior del navío para poder apreciar desde ambos lados esta belleza de la naturaleza, tal cual los ves en las fotos pero aún mejor, un espectáculo para el ojo humano, nosotros corrimos con la suerte de que empezara a nevar así que ya se imaginarán, yo todo lo viví como en cámara lenta, recuerdo la cara sonriente de las personas, es como si hubiéramos vuelto a ser niños por un par de horas y estuviéramos celebrando la navidad, ese sentimiento de familia se siente en el aire. Una de las experiencias más maravillosas y que sin duda tienes que vivir sí o sí.

Ketchikan

Es verdaderamente el comienzo de la última frontera, conocida por el salmón, sus hermosos paisajes y cultura nativa. Está ubicado en la entrada más al Sur del famoso Pasaje Interior de Alaska cuenta con una red de vías fluviales que serpentean a través del puerto. De hecho a nosotros nos recomendaron ir a la calle Creek, donde hay unas pequeñas casitas de colores sostenidas por pilares de madera sobre el agua que brindan un espectáculo único, y lo digo porque además de la vista podrás ver algunos leones marinos que están jugando, comiendo o descansando, la verdad es que vale muchísimo la pena visitar este fantástico spot.

Siempre he pensado que los cruceros son impresionantes porque en realidad son pequeñas y lujosas ciudades, tienen infinidad de cosas que los hacen increíbles, es decir, cuántas personas albergan en sus cabinas, además de la cantidad de tripulantes y a eso súmenle los servicios que ofrecen. Son sin duda espacios hechos a la perfección para navegar y brindarte una experiencia inolvidable e inigualable en cualquiera de sus recorridos.