
Brindis en Bélgica: 7 formas de sumergirse en su cultura cervecera
¿Eres fan de la cerveza? Entonces Bélgica es el destino ideal para ti. No solo te deslumbrarán sus ciudades medievales y su arquitectura renacentista, sino que también podrás sumergirte en la cultura cervecera, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
En el norte del país se encuentra Flandes, una parada obligada para los amantes de la bebida artesanal. Allí podrás degustar una enorme variedad de estilos, además de disfrutar de actividades que combinan arte, gastronomía, deporte, naturaleza y patrimonio… todo perfectamente maridado con una buena cerveza.
La región ofrece una experiencia de 360 grados: desde dormir en una antigua cervecería hasta pedalear entre campos de lúpulo. También podrás visitar bares con siglos de historia, recorrer museos especializados o simplemente disfrutar del paisaje con una cerveza en mano. Todo esto, desde la mirada única que promete la vibrante cultura de Flandes.
Planes imperdibles para amantes de la cerveza
Si ya te convencimos de viajar a Bélgica, en INVERTOUR te compartimos algunas actividades imperdibles para disfrutar durante tu estancia.
Conoce los campos de lúpulo
En la provincia belga de Flandes Occidental, cerca de Poperinge, los campos de lúpulo dedican una experiencia natural y cultural única. La cervecería Sint Bernardus ha renovado sus instalaciones e incluye un centro interactivo y un bar con vistas a los cultivos. También destaca Hoppecruyt, una plantación ecológica dirigida por Benedicte Coutigny, quien recibe a los visitantes con canciones flamencas y acordeón, brindando un recorrido auténtico por la tradición.
Descubre experiencias interactivas
En Amberes, la cervecería De Koninck ofrece una experiencia interactiva y contemporánea que revela los secretos de la cerveza local. El centro multidisciplinar se complementa con un delicioso entorno gastronómico donde conviven artesanos del queso, pan, carne y chocolate, convirtiendo el lugar en un verdadero paraíso gourmet.
Por su parte, De Halve Maan en Brujas ha inaugurado un renovado centro de visitantes. Esta histórica cervecería, una de las primeras en abrir sus puertas al público en los años 80, combina tecnología de vanguardia con maquinaria histórica, ofreciendo un recorrido por una fábrica en funcionamiento que honra el patrimonio cervecero belga.
Una tubería llena de cerveza
Arte y patrimonio cervecero en Malinas
Con más de cinco siglos de historia, la fábrica Het Anker, ubicada en el beaterio de Malinas, es un símbolo de la tradición cervecera belga. Su lúpulo Carolus rinde homenaje al emperador Carlos V, quien fue educado en la ciudad bajo la tutela de su tía, Margarita de Austria, en la corte local.
Desde este centro histórico, es posible explorar los verdes alrededores a pie o en bicicleta hasta llegar a Battel, un pintoresco pueblo donde, en la antigua iglesia, se encuentra Batteliek, una microcervecería dedicada a la experimentación en cerveza, gastronomía y limonada artesanal.
Brabante Flamenco
El Brabante Flamenco es famoso por sus productores de lambic y geuze, el “champán” de las cervezas, muchos ubicados en entornos naturales o pequeños pueblos. La región invita a recorrerla en bicicleta, visitando cervecerías como Hof ten Dormaal, una de las más sostenibles de Europa; Oud Beersel, activa desde 1882; y Boon, especialista en geuze. Además, se pueden seguir rutas cerveceras oficiales o improvisar el recorrido. En Limburgo, la región del río Leie y Flandes Occidental también invita a explorar la cultura cervecera a pie o en bicicleta.
No solo en la copa
La cerveza no solo se disfruta en la copa, sino que también se utiliza en la cocina, formando parte de platos como la carbonada flamenca, el conejo con cerveza y mejillones en salsa, e incluso en postres como los gofres. Además, marida perfectamente con ciertos alimentos, como las gambas grises en la costa, que se suelen acompañar con un vaso de Rodenbach, cuya acidez realza su sabor.
Hoteles
Para quienes buscan una escapada completa, dormir junto a una fábrica es una opción ideal. En Malinas, el hotel de la cervecería Het Anker brinda esta experiencia, al igual que la casa de huéspedes de Sint Bernardus. Además, en Lovaina, la antigua fábrica De Hoorn, hoy un centro creativo con restaurantes y espacios para eventos, ofrece modernos apartamentos para estancias prolongadas, perfectos para quienes quieran aprovechar al máximo su visita.



