En efecto, el pasado miércoles, 10 de junio, los habitantes y turistas volvieron a gozaron de la arena y el mar en todo el condado de Miami-Dade, pero con estrictos protocolos de limpieza y seguridad. Se podrá entrar en grupos de no más de diez personas y separados entre ellos por la sana distancia.

En distintas zonas de Miami Beach, una enorme playa a mar abierto, se vislumbraron cientos de trabajadores dedicados a la limpieza y embellecimiento para “la gran apertura” que sucedió hace unos días.

Asimismo, las autoridades correspondientes han capacitado a cientos de jóvenes con cubrebocas quienes serán los que estén alertas de que las personas no violen las normas de seguridad y sanidad.

Esta decisión oficial de reabrir ha sido muy bien recibida por el sector turístico, que se ha visto muy afectado por el COVID-19 y es uno de los principales motores económicos del estado.

La música está sonando ya en las piscinas que dan al mar de los hoteles, y la algarabía se volvió a sentir en los restaurantes de la bella Ocean Drive, mientras se remodelaban algunas fachadas y se podaban las palmeras… Dando paso a la nueva normalidad.