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Debe cambiar la camiseta de la empresa en el Siglo XXI?

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Los Baby Boomers fuimos enseñados a trabajar con la expresión «ponte la camiseta y tráela bien puesta» haciendo referencia a que amemos a la empresa que nos da trabajo y nos da de comer, debíamos trabajar duro por ella y sentirnos parte del equipo, casi de una familia.

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En el siglo XX una persona trabajaba lealmente por 30 o 40 años para una empresa; al final sus ahorros junto a los que abonó la empresa formaban el patrimonio con que la persona se pensionaba, ese ahorro le permitía adquirir un inmueble, o abrir una pequeña empresa, hoy no es así. Muchas empresas externalizan sus costos, y es el empleado quien se debe hacer cargo de su seguro social, su salud y su jubilación; en el siglo XXI «la moda» son las empresas de nómina o outsourcing. Todos conocemos historias de empresas que después de 20-30 años despidieron a su empleado quien quedó en la calle.

“Ponerse la camiseta” es una expresión que se inspiró en los equipos deportivos, principalmente el fútbol y representa lealtad, todos en pos de un bien común. Eso cambió hace mucho, y la mayoría de futbolistas profesionales «no forman equipo ni se sienten familia», cualquier jugador está dispuesto a quitarse la camiseta de su equipo o de su país por unos dólares más y sin dudarlo. Esto es así porque las reglas han cambiado; tampoco los empleadores son leales con sus empleados; si se va a poner la camiseta de la empresa, asegúrese de llevar debajo OTRA camiseta con su propio nombre.

Por supuesto que mientras trabaje en una empresa debe entregar todo su empeño, debe ser honesto, puntual y solidario con sus jefes, debe colaborar con sus compañeros para que la empresa tenga un mejor negocio, pero no lo haga por la empresa, hágalo por usted mismo. No se esfuerce en hacer bien el trabajo “por la empresa”, esfuércese “porque es lo correcto”, porque eso habla bien de usted, porque así demuestra que es un profesional, una persona en la que se puede confiar, alguien que hace bien su trabajo y cumple sus responsabilidades.

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Mi experiencia es que, a las empresas, sobre todo las más grandes, por mucho que proclamen que los empleados son su principal activo, la verdad es que como individuo usted no les importa, muchos lo hemos experimentado, después de servir leal y fielmente a una empresa, habiendo sacrificado familia y vida personal; en la primera crisis le despiden o reemplazan sin ningún remordimiento. Puede estar seguro que la empresa cuando lo requiera lo mandará a volar, quizá le dé las gracias, quizá no, pero para la empresa es sólo una transacción comercial, la empresa le pagaba por hacer un trabajo y cuando deja de hacerlo se acaba la obligación.

Sea honesto con sus compañeros y su empresa, no traicione a nadie, pero tampoco entregue toda su lealtad, sea leal consigo mismo. Cumpla sus obligaciones bien y correctamente, y si la empresa en que trabaja no le paga lo justo, busque otra, así tenga ahí 10 años, si otra empresa le ofrece un mejor sueldo, cámbiese inmediatamente.

Cuando su empleador le dice: «póngase la camiseta de la empresa», en la mayoría de casos es pura manipulación para hacerte creer que eres parte íntima de la empresa y presumen con usted porque «trae la camiseta bien puesta», le prometen que crecerá dentro de la empresa, y claro que puede crecer, pero no “con la empresa”, más bien de manera paralela a la empresa, además en la mayoría de empresas familiares, no siempre hay oportunidad o espacio para crecer.

Cuando le digan «póngase la camiseta», no tiene caso discutir, haga lo que su sueldo le obliga a hacer y de la mejor manera, con diligencia, empeño y honestidad. Su trabajo debe de estar bien hecho porque su trabajo habla de Usted, sea que le paguen poco o mucho; si no le pagan lo justo, busque otro empleo, pero a su trabajo jamás le quite calidad.

Contra todo lo que dice el mundo, su trabajo no lo define como persona, mucho menos como profesional, es la forma en que trabaja es lo que le define, debe dar más de lo que le piden y ser un empleado modelo; prepárese e invierta en el propio crecimiento y nunca deje de aprender, y si va a ponerse una camiseta, póngase una con su propio nombre escrito en letras de oro.


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