Después de un cese parcial de operaciones en diversos aeropuertos del mundo, la pregunta más sonada es… “y después, ¿qué pasará?”. Esta crisis por COVID-19 ha afectado, principalmente, a destinos en Europa, que han sido de los primeros en exigir medidas para cuando las operaciones aéreas se normalicen.

Por ejemplo, el Aeropuerto de Heathrow en Londres priorizó la protección de los empleados, para ofrecer los estándares máximos a los viajeros que requieren repatriación y para el recibimiento y envío de suministros médicos. Además, sugirió a organismos internacionales la aplicación de un sistema a nivel mundial para verificar la salud de viajeros, según Financial Times.

Aeropuertos exigen apoyo

Por su parte, el Consejo de Aeropuertos Internacionales de Europa (ACI Europe, por sus siglas en inglés), pidió tratar con urgencia la toma de medidas que garanticen la viabilidad financiera a corto plazo del sector aéreo, para proteger a los empleados y a los consumidores por igual, así como para ayudarlos a restablecer eficientemente la conectividad aérea.

Según cifras compartidas por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), el impacto al mercado europeo respecto al tráfico de pasajeros ha sido de menos el 46 %, mientras que se han perdido ingresos por hasta $76 mil millones de dólares, en comparación con 2019.