fbpx
TOP

mayo 2019

La mesa de madera del bistró “La Petite Venise” en la ciudad alsaciana de Colmar todavía olía a resina. Una linda mesera rubia, disfrazada de muñeca de trapo con su espantoso atuendo típico de la región, me sirvió un vaso de la magnífica cerveza A.K. Damm. Poco después, la misma chica me trajo un plato de “escargots” cuyo olor a ajo y aceite de oliva borró el aroma a pino de la mesa. Mientras los sopeaba, me entretuve mirando el libro, con reproducciones muy detalladas del Altar de Isenheim, el retablo de Matías Grünewald, por el que había yo realizado ese viaje a Colmar.

Los perfumes siempre han sido un básico para hombres y mujeres. Se busca algo que nos represente a través de un aroma y que vaya con nosotros. Es básicamente la huella olfativa que queremos dejar en los lugares por donde pasamos. Si quieres conocer algo diferente, y muy francés, atrévete a descubrir un lugar que cambiará tu percepción acerca del proceso de creación del perfume así como lo que, por consecuencia, de verdad significa elegir un aroma que te identifique a donde sea que vayas y por el que serás recordado.