Se acerca el día de San Valentín, ¿qué te parece viajar con tu amorcito a República Checa? Sin duda, podría ser una de las mejor formas de pasar esta romántica fecha, en un país realmente maravilloso y mágico. Te presentamos aquí algunas actividades que sin duda los unirán más y más.

Praga, romántica y única

No en balde es la capital de este hermoso país. Aquí podrás recorrer sus históricas callejuelas tomado de la mano o brazo de tu pareja. No pierdan la oportunidad de tomarse fotos desde la isla de Kampa en Malá Strana, siendo uno de los sitios más mágicos de esta ciudad. Disfruta de una preciosa vista del malecón Smetanovo nábřeží con el Puente de Carlos y el Teatro Nacional. ¡Ah! Y no olvides llevar un candado, ya que ahí encontrarás también el puente de los enamorados, el cual es el más antiguo del riachuelo Čertovk. Quienes se aman, suelen ir para colgar estos objetos con sus nombres y arrojar las llaves al agua.

Por la tarde, elige uno de los tantos restaurantes y cafeterías que hay en esta pintoresca metrópoli. U Zlaté studně es uno de los más populares y hermosos, incluso tiene una pared cubierta con plaquitas de oro de 18 quilates.

Otra opción es el Restaurante Alcronm, cuyo menú ha sido ganador indiscutible desde el año 2012 de una estrella Michelin. Ofrece interiores sumamente elegantes, diseñados muy al estilo art deco y una chimenea original de mármol de los años treinta.

Toda República Checa es… ¡amor!

Si buscas otros lugares fuera de Praga, puedes visitar Pivní lázně Štramberk -el balneario de la cerveza de Štramberk-, un relajante sito en Moravia del Norte, el cual contará con actividades ideales para el Día de San Valentín.

Otro balneario de cerveza se encuentra en Karlovy Vary en Bohemia del Oeste (el primero de este tipo que ofrece horas de relax en enormes barricas de hasta mil litros de capacidad).

Los mejores miradores en República Checa