Este mágico efecto, resultado de diversas reacciones químicas producidas por algunos seres vivos, ha resultado atractivo para quienes se interesan en realizar un viaje diferente, fuera de lo común. Y México es el segundo país a nivel mundial que ofrece destinos particulares con este atractivo natural.

El 28 por ciento de los turistas internacionales que visitan México se sienten atraídos por este espectáculo de la naturaleza, afirma Almundo, la agencia de viajes multicanal, quien comparte cuáles son los lugares más populares para apreciarlo en México.

Holbox, al Norte de la península de Yucatán, es una isla que permanece casi intacta gracias al recelo de sus habitantes, que la protegen para mantenerla virgen. Aquí la arena se ilumina por las noches y la mejor época del año para disfrutarlo es de julio a enero; la gama van del plateado a verdoso y azul.

Lagunas de Chacahua, Oaxaca

Igual en el Sur se encuentra Chacahua y Manialtepec, lagunas oaxaqueñas a las que se llega por un colectivo que se aborda en Puerto Escondido. Ahí es posible ver luces turquesas en la profundidad del agua. Manialtepec está poblada por millones de microorganismos que son conocidos como dinoflagelados, y para apreciarlos es mejor viajar entre julio y septiembre.

Bucerías, Nayarit

Bucerías, Nayarit, se caracteriza por las crestas de sus olas, las cuales irradian luces azuladas. Los turistas se emocionan al notar que la arena también ilumina la piel de quienes se recuestan en ellas.

“Actualmente, los viajeros desean conocer lugares en donde la experiencia y las redes sociales son uno de los factores primordiales al momento de elegirlos. El turismo bioluminiscente impulsa tanto en México y en el mundo que estos espectáculos naturales desarrollan un vínculo especial con cada uno de sus visitantes. Aunado a ello, los hoteles, restaurantes y servicios de cada sede se ven beneficiados en su economía turística, donde sin duda alguna estos espectáculos naturales son de los favoritos por todos los turistas a nivel mundial”, detalló Sylvia Esquivel, country manager de Almundo.

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Los dinoflagelados son protistas microscópicos unicelulares que forman el phylum Pyrrophyta, constituido por dos clases: Dinophyceae, con más de 4 000 especies de vida libre, y Syndinophyceae, con alrededor de 40 especies parásitas y simbiontes. Su adaptación a una gran variedad de ambientes se ve reflejada en su diversidad de formas, tipos de nutrición y un enorme registro fósil que data de varios millones de años.