El mundo de los viajes tiene muchos actores, los representantes de un destino, los prestadores de servicios, los promotores, los receptivos, los tour operadores, las agencias de viajes, los medios de comunicación, y una larga lista de etcéteras.

Todos de alguna manera formamos parte de esta apasionante industria que busca el mismo objetivo, que es tener un impacto sobre el consumidor final o turista.

Cada quien elige un camino para llegar a él y obtener su atención; cada quien decide cuál es su voz y tono para lograr posicionar su mensaje en la mente de un viajero.

Es muy interesante analizar las diferentes estrategias que todos utilizamos para alcanzar el mismo propósito. Porque no queda mucho por inventar, porque muchos nos repetimos y hasta nos copiamos, pero llama la atención observar la dedicación que se invierte por ser creativos y, si se puede, hasta originales.

Y original es una palabra coloquial, pero con una amplia gama de acepciones; puede ser algo único, diferente, auténtico o inusual.

Nos esforzamos mucho por demostrar que tenemos un producto con valor agregado o una promesa de marca, con personalidad propia, que nos ubicará por encima de la competencia. Pero, de acuerdo a mi experiencia de vida profesional o tal vez mi avanzada edad, he comprobado que los retos se libran más eficientemente si los enfrentamos de manera simple. Como dice el dicho popular: ¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?

¿Para qué quebrarnos la cabeza buscando iniciativas sofisticadas si no hay mejor garantía de motivar a un viajero a descubrir un destino sino a través de la experiencia de otro viajero? ¿Para qué inventar mensajes cursis o utilizar frases trilladas como “un viaje inolvidable” o “la experiencia de tus sueños”, si no hay recomendación más genuina y honesta que la de un viajero que ya lo vivió?

Y aquí llegó la “experiencia”, una serie de hechos vividos y sentidos que sólo se alcanzan a través de la exploración de un recorrido.

Experiencia también es un conjunto de conocimientos que se adquieren en un período determinado de tiempo, o una habilidad derivada de la observación y de la participación de un evento. Así que, qué mejor que dejar que sea aquel que ha vivido un destino el que hable de sus bondades y avale desde su corazón si vale la pena o no explorarlo.

Quebec Original, por ejemplo, identificó que la mejor manera de optimizar la relevancia de su marca en nuestro país era entendiendo la personalidad de los viajeros mexicanos y a partir de ahí diseñar una serie de 14 experiencias que lo inspiraran a visitar nuestra provincia con un aire especialmente francófono.

Era importante trabajar en definir una amplia variedad de posibilidades que invitaran al turista a diseñar su propio estilo de viaje, a su voluntad de manera orgánica, sencilla y sin imposición.

En ellas se incluye el orgullo por sus tradiciones, su historia y su origen; y sus espacios creativos pueden ser cuna de la cultura o actividades envueltas en emociones y nuevas ideas en tendencia. Todo enmarcado en un banco de intensos paisajes naturales, lagos y ríos cerca de una ciudad vibrante con una voz amigable como lo es el quebequense por esencia.

Pero volvamos al tema medular de esta colaboración, pues no es la intención de este texto hacer un anuncio de la marca que represento; el objetivo es compartir la experiencia que ha sido mi viaje profesional por esta industria:

Un recorrido panorámico lleno de contrastes y de una efusividad única;
una estancia hospitalaria llena de afectos;
un enriquecedor encuentro con el viejo y el nuevo mundo;
siempre curiosa por degustar sabores desconocidos;
pero sobre todo, me ha formado en el arte de navegar de manera más sencilla y original por las vías de la vida.

Un mexicano en Quebec. @Mex_en_Quebec.

Magda Bermea
Posee más de 25 años de experiencia en comunicación y 19 especializada en turismo. Cuenta con una licenciatura en Periodismo pero se ha enfocado más en las relaciones públicas y en esta bella industria.
Desde hace más de 11 años ha manejado cuentas canadienses, y hace cinco representa exitosamente a Quebec Original.
Es una apasionada de su trabajo y ama al bellísimo destino que representa. Y además, colabora activamente en la Asociación Mexicana de Comunicadores Organizacionales y día a día participa en cursos, diplomados y seminarios del tema para actualizarse.