Este mes, todos los mexicanos recogimos también los pedazos de nuestra vida tras el sismo de 7.1; la reconstruimos y hemos trabajado con el ánimo descompuesto y el gran orgullo de ser mexicanos.

No ha sido fácil, no será fácil… Estamos sobresaltados… Además del miedo, la impotencia, la desolación y la tristeza de ver de repente nuestro mundo derruido, se suma la incertidumbre de lo que pueda volver a pasar…!

En lo personal, no he podido dormir desde entonces… Aquí en mi piso 14 todo el tiempo mis sentidos se agudizan ante cualquier ruido: sirenas de ambulancias, patrullas, motores con escape abierto, y siento que son la terrorífica alarma sísmica.

Hoy, ante el recuento de los daños y la tristeza que inunda nuestro corazón, descubrimos lo maravilloso que podemos ser unidos… y como país solidario. El mundo se volcó sobre México, nos enviaron rescatistas y perros maravillosos, pero también están los héroes sin capa, anónimos, hubo cientos de ellos. Una oda y todo nuestro amor y reconocimiento para cada uno.

Sé de algunos del Turismo que no pararon ni han parado de ayudar incansablemente… Aquí entre nos, algunos de los que supe: Rubén Mora, Jesús Martínez Jr., Diana Olivares, sólo por mencionar algunos… Pero por favor no les digan! Ssshhh…

Les comparto varios testimonios de algunos turisteros de cómo y en dónde les sorprendió el espantoso 7.1…

«Me encontraba en mi oficina en la Colonia Del Valle, seguimos el protocolo de seguridad y todos caminamos hacia los lugares seguros. Se sintió muy fuerte. Hablé enseguida a mi esposa y estaba aterrada pues le sorprendió justo en la calle de Ámsterdam, me dirigí por ella en mi bici, y tardé horas en llegar por el pánico general y la paralización de la Ciudad… La tranquilicé. Regresamos juntos a casa como pudimos, y ¡oh! sorpresa, los edificios de al lado de nuestra casa habían colapsado!!! Pues vivimos en la calle de Escocia… Fue aterrador. Apoyé días y días ofreciendo mi depa para dormir y comer entrando con los rescatistas y algunos de mis aparatos de video, sonido y fotografía en las entrañas de los edificios derruidos, tratando de ayudar a rescatar a mis vecinos… algunos corrieron con suerte, otros no. Vi y sentí de todo. Ha sido desgastante, deprimente y devastador»: Jesús Martínez Jr., gerente general de Dream Destinations.

«En el piso 8 de la oficina lo sentimos terrible; tratamos de estar en las áreas más seguras y logré no entrar en pánico, pero el edificio se movía horrible… Algunas personas fueron menos fuertes. Al final nos evacuaron. Inmediatamente llamé a mi mamá que sí se pone muy mal con los temblores, estaba bien. También me aseguré de que mis perrihijos y gatitos estuvieran bien»: Livier Bustos, gerente de Mercadotecnia de Delta Air Lines.

“A las 13:14 justo estaba saliendo del edificio de LATAM a comprar algo para comer, me tocó en la calle, sabía dónde era el punto más seguro por el simulacro y pude reaccionar rápido. En el camellón vi y sentí lo que causaba en primera fila a humanos y edificios, fue el más fuerte que he sentido y creo que la angustia más grande fue el no poderme comunicar con mis seres queridos. Al final todos estamos bien, muy agradecidos por eso, somos muy privilegiados, por eso necesitamos seguir apoyando a los que tuvieron cualquier pérdida física o material… Creo que esto no sólo nos movió el piso, también el alma»: Diana Olivares, directora Comercial Grupo LATAM.

“Estaba en las oficinas de Mundo Joven, lo sentimos horrible. De inmediato fuimos a los lugares seguros, de pronto escuché que las ventana de otras oficinas empezaron a romperse y me tocó tranquilizar a una persona de nuestra oficina que realmente se puso muy, muy mal. Más tarde evacuamos nuestro edificio. Enseguida traté de comunicarme al chat de mi familia y todos empezaron a decirme que estaban bien. Desde entonces no he parado de ayudar a gente que realmente nos necesita, sigamos apoyándolos”: Rubén Mora, director Comercial de Grupo Mundo Joven.

“Estábamos en la oficina y afortunadamente pudimos evacuar a tiempo, aunque yo tuve un momento de pánico porque en el edificio de al lado se cayó una pared y le salió un inmenso polvo, me asusté pensando que era nuestro edificio el que se estaba cayendo… Pero no pasó nada. Al día siguiente vinimos a trabajar mediodía. Gracias a Dios todos bien”: Max Kusznir, director general South American OP by Ana Albert.

«Me tocó en el piso 37 del WTC, se sintió la muerte. Ese edificio posee gatos hidráulicos de seguridad y se movía como gelatina… Vivimos momentos de pánico porque de ahí vimos cómo se caían edificios, una explosión y luego fuego y la cantidad de polvo que se levantó en toda la ciudad. Y dos chicas embarazadas de la oficina entraron en shock, había que tranquilizarlas… Más tarde Protección Civil evacuó el edificio y bajamos como zombies… Le hablé como pude a mi papá y a mi esposo, afortunadamente estaban bien. Fue impactante!»: Ana Palacios, directora Comercial de MLM.

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