De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, «María» se convirtió en una pesadilla también para Puerto Rico dejando a su paso devastación y tristeza.

Razón por la cual, la isla fue declarada por el presidente Donald Trump como una «zona de desastre», esto por petición del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, pues sólo en el municipio de Río Grande se estima que más 5 mil personas han quedado sin hogar. Carmen Yulín Cruz, alcaldesa de San Juan, por su parte, expresó que la ciudad fue «prácticamente devastada en su totalidad».

El panorama es desolador, lluvias torrenciales, ríos desbordados, oleaje desatado, hogares destruidos, árboles caídos y ventanas estallando, el ojo del huracán la atravesó, el 20 de septiembre, con sus devastadores vientos de 200 km/hr con una categoría 4.

El Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín sufrió severos daños y la operación está siendo muy limitada, hoy sólo para vuelos de auxilio y militares.

La comunicación con la isla, es también muy restringida porque aún no hay energía eléctrica y hay muchos municipios y ciudades se encuentran incomunicados.

Y, María sigue avanzando hacia el Noroeste, con categoría 3. Por ejemplo ayer azotó la costa oriental de República Dominicana, dejando 140 mil personas sin electricidad, 2 mil 900 viviendas afectadas y alrededor de 17 mil evacuados. Sumando las 15 víctimas mortales de Puerto Rico, María ha dejado ya 35 fallecidos en el Caribe al momento de publicación de esta nota.

Cabe mencionar que hoy se espera la llegada de un barco con toneladas de alimentos, medicamentos y material  de auxilio desde la Florida, aunado a la ayuda de EE.UU. con envíos de su Guardia Nacional.