La Geografía Turística es, sin duda, el rubro más apasionante en el ejercicio de la profesión de agente de viajes. Saber sobre el mundo y su alucinante diversidad, sus ciudades, paisajes, lenguas y culturas, credos, colores y sabores, que enriquecen el mosaico de los continentes, es quizá el premio que justifica las tensiones y estrés implícitos en el ejercicio profesional del agente de viajes.

Paradójicamente, cada día el conocimiento de la geografía se ha delegado a Google y los sistemas de globalización. La geografía es la disciplina fundamental del profesional de los viajes y su dominio es esencial para orientar al viajero y contagiarlo de la curiosidad por ver lugares y vivir emociones inéditas en países remotos. Pero ahora, esta ha sido archivada en el mundo virtual. Ahora ya no es necesario aprender sobre los monumentos de las ciudades y los tesoros de las culturas ni llevar ese conocimiento dentro del alma como una segunda conciencia… todo eso se puede encontrar en internet, esa gigantesca enciclopedia poseedora de la “divina ciencia infusa”, la sapiencia total innata que no requiere de estudio. Lamentablemente esto ha empobrecido al agente de viajes hundiéndolo en una triste anemia cultural y limitando su diario quehacer al espacio de un monitor y un tecleado donde se llevan a cabo las áridas funciones de reservar vuelos, hoteles y paquetes.

Mary Ledezma, Yolanda Montes, Raúl García-Morineau, Rosario Castro y Maricarmen Vargas

La misión del curso de Geografía Turística impartido por el maestro Raúl García Morineau, que el sábado 22 de abril se inició con un éxito inesperado, es precisamente inquietar la imaginación de los agentes de viajes y animarlos a retomar el fascinante estudio del mundo, sus pueblos y sus culturas. El primer ciclo del curso se llenó. La casa del Viaje ha abierto una nueva fecha a partir del martes 16 de mayo y afortunadamente también se ha llenado… se está contemplando la posibilidad de abrir un tercer ciclo.

Lupita Cortés, Raúl García-Morineau y Berenice Lozano

Es muy satisfactorio para La Casa del Viaje poder contribuir no sólo a la profesionalización de sus vendedores, sino a enriquecer su trabajo diario con el inagotable banquete de la diversidad humana y su legado cultural.