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Este camino que llamamos vida

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cabeza-glam-mar2018

No fue un 2017 fácil y tampoco ha sido un inicio de 2018 sencillo, sobradas cosas vividas, demasiada fuerza familiar y mucho tiempo para introspección y reflexión. Y en esos días de agradecer cada minuto y lo recorrido en este camino que llamamos vida, a mi memoria siempre venían recuerdos familiares. Sé que siempre les cuento de lugares a dónde ir y que pueden disfrutar con quien quieran, pero en esta ocasión, si la editora lo permite, quiero llevarlos a un viaje por mi memoria que quizá los motive a seguir viajando y haciendo recuerdos con sus seres queridos.

Soy hija única y sí, soy consentida, no lo voy a negar. Mis papás han hecho todo por mí y por ser lo que soy les estoy agradecida; y en esa idea de darme todo, mi papá me cumplió el sueño de todo niño de ocho años y me llevó a Disney, no una, sino dos veces al de Orlando y después una al de Anaheim. Les contaré mi experiencia en el primero porque es algo que llevo siempre conmigo en mis recuerdos y pretendo dejarles como mensaje que sigan construyendo recuerdos con sus padres, de eso vivimos y eso nos mantiene fuertes.

Obviamente a esa edad no tenía mucha idea sobre la ubicación geográfica de los países, sólo sabía que iba al Norte de México (que no era México), hablaría inglés y Mickey sería el anfitrión de la travesía. Fue mi primera vez fuera del país, practicando el idioma y el viaje familiar que más esperábamos.

Elegimos el Disney All-Star Music Resort, y nos tocó el musical; la verdad fue una súper experiencia, como todo resort en Disney. El lugar era increíble, la comida, las bebidas, la gente, las habitaciones, de verdad toda una experiencia. Desayunaba cereal y leche con chocolate y comía pizza y pasta, no fue sano pero fue divertido. Y no están para saberlo pero soy fan de los gansitos porque me recuerdan a mi papá y en ese entonces (creo que todavía) no podía vivir sin ellos. Mis papás los llevaron hasta EE.UU. congelados para mí, para su hija; y al final se los dimos al guía porque era mexicano y hacía muchos años que no probaba uno.


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Could never forget this, and never will ?

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El primer día fuimos a Epcot. Disfruté recorrer las villas de los países y en mi mente sí estábamos viajando a esos lugares lejanos, no entendía mucho cómo funcionaba pero de todas formas lo disfrutaba.

Al día siguiente, ya recuperada, fuimos a Magic Kingdom donde por supuesto lo primero que papá hizo fue comprarme libreta y pluma para tener los autógrafos de los personajes: Aladdín, Mickey, Minnie, Pluto, Reina de Corazones y muchos más dejaron su huella. Todavía la guardo. El castillo es algo que nunca olvidas, te sientes en un cuento de hadas. Volamos junto a Peter Pan, salimos asustados de Haunted Mansion, navegamos con piratas, compramos recuerdos que hoy en día todavía usamos y nos divertimos en familia.

Cuando nos tocó visitar Animal Kingdom, pensé que ya no había nada que me sorprendiera pero fue mi favorito, el árbol de la vida nos impresionó, la aventura de Bugs fue inolvidable y nos sentíamos hormigas. El show del Rey León nos marcó por completo. Recuerdo la cara de mis papás, eran como niños y de nuevo es algo que nunca olvidaré; de hecho lo vimos dos veces porque empezó a llover y nos dejaron quedar. Mufasa me saludó y yo sentía que todo tenía sentido en la vida. Obviamente no puedo olvidar mi encuentro con un tiranosaurio rex y la cara de mi mamá en la foto.


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Animal kingdom is so beautiful at night ???

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Para el penúltimo día fuimos a Hollywood Studios, creo que fue el mejor para papá y el peor para mamá. Esquivamos obstáculos y una roca enorme nos persiguió en Indiana Jones, visitamos a la Rana René y al Rock and Roll Coaster mamá no se quiso subir, pero sin duda es una aventura que hasta el día de hoy nos trae risas y gratos recuerdos a mi papá y a mí. Reímos, nos aferramos al asiento, no veíamos nada, gritamos y salimos con los cabellos de punta al igual que en The Twilight Zone Tower of Terror, donde otra vez mi mamá nos abandonó y tuvimos que recorrer un hotel, ver sus fantasmas y caer ¡más de 10 pisos!


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Awesome ride! ?

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Para el final, mis papás dejaron lo que nos gustaría a los tres. Llegando fuimos a Terminator, un clásico de Universal Studios. En mi familia somos fanáticos del cine y sin duda Universal Studios lo tiene todo para que te sientas como en una película. Cuando llegamos fuimos directo a Twister, ¡donde ves una vaca volar! Siguiendo con la adrenalina decidimos ir a Earthquake, y engañamos a mi mamá para que nos acompañara mientras todo se caía a nuestro alrededor en la atracción, creo que hasta el día de hoy no nos perdona. También la convencimos para ir a sufrir con Kong mientras atracaba nuestro vagón, viajamos junto a Marty McFly en la atracción de mi trilogía favorita: Back to the Future, e hicimos feliz a mi mamá conociendo a E.T. viajando a su planeta. También nos enteramos de cómo se realizaban los efectos para la serie de Xena y Hércules, conocí los estudios Nickelodeon y a mi ídola Angélica Pickles.

En fin, fueron días donde todo era perfecto y me parecía eterno, mis papás eran niños conmigo, comimos todo lo que no debimos, caminamos lo que nunca caminamos, nos reímos, nos peleamos, nos encontentamos, corrimos para alcanzar el show, hicimos amigos de Japón, compramos cosas que nos recuerdan momentos únicos y sobre todo disfrutamos en familia, en compañía del uno y del otro. Sonreímos, conocimos nuevos lugares juntos, viajamos a otro país juntos y creamos momentos inolvidables que hoy en día todavía traen a mi mente lágrimas de felicidad al recordarlos.

A ustedes papás, gracias por darme la oportunidad de crear memorias hermosas junto a ustedes, sigamos haciéndolo. Y a ti, estimado lector, no dejes de crear esas memorias con tus papás, tu familia, no importa la edad que tengamos, siempre hay tiempo suficiente de hacer recuerdos nuevos, de sonreír en familia y seguir de la mano, recorriendo este camino que llamamos vida.

Sigue a By @glamorocksa


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