El color de México
Uno de mis lugares favoritos es Guadalajara, y siempre que voy me siento en casa. Me gusta todo de la Perla de Occidente: el clima, la gente, la comida, los atardeceres y la tranquilidad de una ciudad que a pesar de su modernismo aún sigue con vestigios del pasado.
En la Perla Tapatía hay varios sitios que visitar, pero uno de mis preferidos, y que sin lugar a dudas es un imperdible y de los que siempre tengo que recomendar, es San Pedro Tlaquepaque, nombrado desde 1917 por el Lic. Manuel Aguirre Berlanga como Tlaquepaque y cuyo significado es “Lugar sobre lomas de tierra barrial”. Para algunos puede parecer una comparación burda, pero me recuerda a Coyoacán en la Ciudad de México, pues ambos son barrios 100 por ciento mexicanos, con calles empedradas llenas de colores, gente, comida, olores, texturas y cosas que te sacan una sonrisa siempre que estás ahí, o lo traes en tu memoria.
Es un destino con infinidad de sitios para conocer, rutas para recorrer, establecimientos para comer, locales para comprar y cosas que admirar; sin problema alguno puedes andar horas caminando este adorable municipio. Para empezar yo te recomiendo dar un paseo por la calle Independencia, donde encontrarás todo lo que necesitas, de verdad todo, para un día inolvidable. Hay muchas galerías, restaurantes con diversas propuestas gastronómicas e impresionantes tiendas de ropa o artesanías, pero para tu sorpresa adornando toda la calle puedes encontrar los tradicionales puestos de metal de un tianguis mexicano con gente compartiendo y vendiendo su arte huichol, no te olvides de apoyar también el talento mexicano.
Como mencioné, las galerías son importantes en este municipio, la cerámica es uno de los objetos que encontrarás en este pasaje, muchas galerías destacan por su originalidad, desde que entras te sientes en otro mundo. En esa misma calle Independencia descubrí a uno de mis artistas favoritos y 100 por ciento mexicano: Rodo Padilla, uno de los escultores-artesanos en cerámica más reconocidos en el país, dénse una vuelta y maravíllense con su obra. Otro recomendado es Galería Sergio Bustamante, cada vez que entro a ese emplazamiento siento que Remedios Varo estuvo ahí y me transportó a su mundo, ya entenderán esta comparación.
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Continuando con el tema de la cerámica, albergado en una casa del siglo XIX está el Museo Regional de Cerámica, con una amplia variedad de piezas únicas y diferentes, también hay varios artesanos demostrando su trabajo y creando obras nuevas, no admirarlos es imposible.
Entre Morelos y Prisciliano Sánchez a un costado de la placa principal y con un estilo neoclásico, está el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, un espacio religioso que vale la pena admirar en su interior. Sorprendentemente a unos pasos encontrarás la Plazoleta Juan Pablo II, donde podrás admirar una escultura realizada al Santo Pontífice y detrás de la misma, admira la famosa capilla de la cúpula roja o mejor conocida como la Parroquia de San Pedro Apóstol.
Por otro lado, algo tienen los kioscos que siempre me han cautivado y me atraen. El del Jardín Hidalgo no es la excepción, es enorme y lo adorna un ambiente de risas, ladridos, burbujas y juegos de niños. Me gusta sentarme a comer un helado o dulce y simplemente disfrutar ver a la gente pasar.
Hablando de dulces, ¿eres fan de los recuerditos y lo tradicional? ¡Visita Nuestros Dulces! Hay mazapán, jamoncillo, alfajor, cocadas, tamarindo, rompope, pinole, tequilas, llaveros, puerquitos, tazas, platos, de todo lo que te puedas imaginar y quieras llevar a casa, otro imperdible de Tlaquepaque.
Para los fanáticos de lugares lindos con historias complicadas está el Centro Cultural el Refugio, construido en 1859 y utilizado como hospital general y psiquiátrico con el fin de atender a personas de escasos recursos económicos donde las enfermeras eran religiosas de una congregación. Con sus recorridos, eventos y exposiciones, disfruta el lugar y su “atractivo” ambiente.
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Probablemente el punto geográfico más famoso de esta zona o el que todos recomiendan para disfrutar de un buen rato es El Parián, una plaza popular donde encuentras bares, restaurantes y tiendas, un atractivo muy amplio donde sin duda en la comida y bebida puedes saborear México. No olvides probar la famosa “cazuela”, con naranja, toronja, lima, limón y jugo de naranja, refresco de toronja, agua mineral, hielos y el ingrediente más importante: tequila, sin duda refresca en época de calor y da calor en tiempos de frío.
Una de las cosas que viene a mi mente cuando pienso en Tlaquepaque es color, todo está lleno de color, las galerías, los restaurantes, las casas, el piso, la ropa de las personas, las artesanías, a todos lados que voltees se ve, siente y saborea el color de México.
