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El camino del éxito

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A menudo nos sorprenden con noticias como que un joven millennial se hizo multimillonario al “inventar” algo, o que tal empresa se convirtió en el líder mundial; sin embargo, lo que la historia nos ha enseñado es que muchos de estos logros son flor de un día.

No hace tanto fue el primer “boom” de las punto-com, y tres o cuatro años después muchas estaban quebradas. El fax fue un exitazo, ¿quién tiene un fax hoy? Hace 20 años, Infoseek y Yahoo eran los líderes de internet, pues Google y Facebook no existían, hoy ¿dónde está Infoseek? Así ha ocurrido por toda la historia. Hace dos o tres años un actor súper “exitoso”, ganador de Oscares y millonario se suicidó en su cuarto de hotel, pero ¿era exitoso?; de igual forma hace 500 años la “armada invencible” fue imparable hasta que la vencieron.

Esta columna se llama “Tendencias de negocios”, mas las tendencias vienen y van. Lo que ayer funcionó en publicidad hoy es un fracaso, pero hay principios que han probado su efectividad a través de la historia y este es uno de ellos. Cuarta entrega de una serie donde intento mencionar las verdades que han definido a las personas realmente exitosas a través de la historia, considerando que al final el verdadero éxito es algo que ocurre dentro de las personas.

Ser dueño de las emociones
La naturaleza está llena de ciclos, las mareas suben y bajan y al invierno le sigue la primavera. Soy parte de esa naturaleza y mis estados de ánimo, y los de los demás suben y bajan, más para tener éxito, seré dueño de mis emociones. Si el gozo de ayer se transforma en la tristeza de hoy, a esta le seguirá la alegría del mañana.

No puedo mostrar pesimismo a los demás porque su reacción será negativa. Tengo que ofrecer siempre una sonrisa, gozo y entusiasmo. Tengo que ser dueño de mis emociones. Si me siento deprimido, cantaré; si me siento triste, reiré; si estoy cansado, redoblaré mi esfuerzo; si siento miedo, me lanzaré adelante; si me siento inferior, miraré hacia el cielo y si siento la pobreza, pensaré en la prosperidad futura.

Seré dueño de mis emociones. Sabré reconocer a las fuerzas negativas, aunque se presenten ocultas y se acerquen con una aparente sonrisa. Si me siento engreído por mi éxito, recordaré mis pasadas humillaciones; si la riqueza me sonríe, me acordaré de los pobres. Al orgullo no le daré cabida recordando mis momentos de derrota.

En Latinoamérica en general, y México en particular, tendemos a resentirnos con el jefe que no nos pidió algo de buen modo, o que nos dio una orden sin decir “por favor”, olvidando que es nuestro jefe y nos paga por hacer lo que nos pide, aunque sería cortés. Pero, de ninguna manera está obligado a darnos órdenes por favor o hacerlo con cierta entonación. Es muy probable que esté pasando un mal momento, igual a los que yo mismo tengo a ratos, pero yo “debo ser dueño de mis emociones”, no me resentiré ni lo recordaré.

“Debo ser dueño de mis emociones”, así comprenderé los estados de ánimo de las demás personas, toleraré sus enojos y sabré olvidar sus insultos. Mañana su humor será distinto y saludarlos será un placer.

No volveré a juzgar a una persona a primera vista, este es un secreto que me abrirá de par en par las puertas del éxito. Hoy seré dueño de mis emociones y así seré dueño de mí mismo. Controlaré mi destino, seré grande y seré verdaderamente exitoso.

Anonymous businessmen with bowler hats

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