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Historias de Chicago, son verdaderas y merecen ser leídas y meditadas

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PRIMERA HISTORIA

04 May 1932 --- Infamous gangster Al Capone smokes a cigar on the train carrying him to the federal penitentiary in Atlanta where he will start serving an eleven-year sentence. --- Image by © Bettmann/CORBISDurante la prohibición, Alphonse Gabriel («Al») Capone era el dueño virtual de la Ciudad de Chicago y no lo era por nada heroico, era famoso por todo lo relacionado con extorsión, contrabando de alcohol, tráfico de drogas, prostitución, asesinato y terrorismo. A su abogado le apodaban «Easy Eddie», un profesional preparado y astuto, cuyas manipulaciones legalistas mantuvieron a «Al» fuera de la cárcel mientras fue su abogado.

Capone le pagaba a Eddie con abultados cheques y beneficios especiales. “Easy Eddie” y su familia ocupaban una propiedad inmensa en la zona más exclusiva de “la ciudad de los vientos”, con una muralla en el perímetro, un ejército de sirvientes y las comodidades más modernas de la época. Él le prestaba poca o ninguna consideración a las atrocidades que hacían su jefe y sus socios.

El «talón de Aquiles» de Eddie era su hijo a quien amaba entrañablemente, estaba siempre pendiente de que no le faltara nada: ropas, lujos y la mejor educación en prestigiados colegios; pero con toda su fortuna Eddie no le podía dar ni un buen nombre, ni un buen ejemplo a su hijo; por tanto, un día decidió rectificar el mal que había hecho, cooperó con las autoridades para limpiar su nombre y ofrecerle a su hijo un ejemplo de integridad, deseaba que su hijo fuera un mejor hombre que él.

Se ofreció ser testigo contra Capone en los tribunales, sabiendo perfectamente el costo que conllevaría; Eddie testificó y poco después su vida terminó en un charco de sangre con una ráfaga de ametralladora. Le dio a su hijo el regalo más grande y pagó el más alto precio, la Policía recogió el cuerpo de Eddie y en su bolsillo encontraron un rosario, un crucifijo, un medallón religioso y un papel tomado de una revista con un poema que decía:

Al reloj de la vida se le da cuerda sólo una vez.
Y a ningún hombre le está dado saber cuándo las manillas habrán de detenerse en cualquier temprana o dilatada hora.

El «ahora» es el único tiempo que te pertenece.
Vive, ama, lucha con un propósito.
No confíes tu fe al tiempo pues el reloj puede de pronto detenerse.


SEGUNDA HISTORIA

p30-may2017-02La II Guerra Mundial produjo muchos héroes, uno fue el Lieutenant Comander (Teniente Comandante) Butch O’Hare, un piloto de caza de la flota de pacífico, asignado al portaviones Lexington.

Un día su escuadrón fue enviado a cumplir una misión y cuando se encontraban en formación, Butch miró su medidor y vio que no tenía combustible suficiente para completar la misión. Reportó la situación y su jefe de escuadrón le ordenó regresar al portaviones, a regañadientes Butch se salió de la formación y enfiló de regreso; mientras volaba vio en el horizonte algo que le heló la sangre, un escuadrón de “ceros” japonés se dirigía hacia su flota desprotegida pues sus compañeros cazas estaban en la misión que él tuvo que abandonar. No le daba tiempo de regresar y avisar a sus compañeros y tampoco tenía suficiente combustible para volar a máxima velocidad para aproximarse y llegar a su flota antes que los japoneses, solo quedaba llamar la atención de los pilotos japoneses para alejarlos de los portaviones.

Dejando de lado su seguridad, Butch se enfiló hacia la formación japonesa y comenzó a disparar furiosamente, logró derribar al primer avión japonés, luego otro y otro más, se movía con agilidad entre el escuadrón de pilotos desconcertados que ya habían roto la formación y continuó disparando hasta que sus municiones se agotaron. El exasperado escuadrón japonés cambió de dirección y regresó por donde había venido.

Aliviado, Butch O’Hare logró apenas llegar a su portaaviones, había sobrevivido; al aterrizar, reportó lo sucedido y las cámaras montadas en sus alas demostraron que él solo había derribado cinco aviones, y había forzado a otros cinco a amarizar. Esto sucedió en febrero de 1942, y por esta acción Butch llegó a ser el primer «As de la Aviación Naval» y el “Primer Piloto Naval en concedérsele la Medalla de Honor del Congreso”.

Un año después, el joven piloto murió en combate aéreo con sólo 29 años, el Aeropuerto de Chicago se llama así en honor a este héroe. Así que la próxima vez que te encuentres en “Chicago O’Hare International”, piensa en el heroísmo de ese joven, y si tienes curiosidad visita la estatua de Butch O’Hare entre las Terminales 1 y 2.

¿Qué tienen que ver estas dos historias entre sí?, Butch O’Hare era aquel hijo de «Easy Eddie O’Hare», el abogado de “Al” Capone.


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