Con el arribo de las OTA’s y las compras en línea, la mayoría de personas creen que saben planear sus viajes y en pleno siglo XXI cometen errores muy básicos y caros. Así que resumo los consejos para nuestros pasajeros, y aunque algunos son básicos, muchos de estos no durarán en escanearlos y enviárselos a sus clientes e incluso hasta discutirlos con sus ejecutivos de Ventas.

¿POR QUÉ VAMOS A VIAJAR?
Existen muchas motivaciones para viajar: vacaciones, negocio, salud, estudios, misión, congreso, peregrinación, incentivos, familiar (étnico), deportes, y otros. Un viaje de vacaciones puede tener un poco de todo.

Si lo que queremos es que los niños se diviertan en Disney World, por ejemplo, deberíamos evitar pensar que es un viaje de descanso, por otra parte si tomamos un tour de visitas a Museos en París, probablemente no debemos ir con aquellos zapatos de tacón elegante, y menos con niños pequeños.

Asimismo, la esposa que insiste en acompañar a su marido a una convención de ventas de la empresa, puede descubrir lo aburrido que resulta una semana en un hotel, por bonito que éste sea, si la temporada no es la apropiada. Por esto es muy importante determinar la naturaleza de nuestros deseos para un viaje.

Si logramos establecer esa naturaleza y nos hacemos una perspectiva realista del viaje (no pretender conocer Londres, París, Tokio o Ciudad de México en un día), el viajero regresará mucho más satisfecho.

¿QUIÉNES VAN A VIAJAR?
Todos podemos viajar, los novios de romance, los invidentes con su perro, los enfermos en camilla, niños sin acompañamiento, y demás, pero en cada caso hay que prever y anticiparse, pues existen procedimientos especiales o trámites previos y particulares para cada caso.

No voy a enumerar aquí todas la variables y los costos, pero la anticipación es la clave. En casos particulares se necesitan certificados médicos de aptitud para viajar, lo mismo para mujeres embarazadas, enfermos en camilla, para viajar con su perro lazarillo o con su mascota; todos tienen sus regulaciones.

Una persona no puede llegar con su hijo pequeño al aeropuerto, ponerle el boleto en la mano y decirle: «Adiós Juanita, tía Virginia te espera al llegar», eso no se puede hacer. Tampoco puede llegar un pasajero que requiere un tanque de Oxígeno a bordo, o necesita viajar en camilla y pretender que le abordarán, existen regulaciones y procedimientos, fórmulas de indemnización y otros. Para niños viajando solos al igual que en otros casos, se requiere hacer arreglos con anticipación, y en la mayoría de los casos anticipación significa cinco, siete días o más antes del viaje.

Cosas como dietas bajas en sodio, vegetarianas, kosher, y demás son en su mayoría posibles, pero sin duda se requiere hacer los arreglos con «anticipación.»

Si quiere llevar a su mascota, se puede en determinadas circunstancias, condiciones y con limitaciones. Nada complicado.

¿CUÁNDO VAMOS A VIAJAR?
Es de vital importancia escoger bien la fecha de viaje, cada uno tiene sus propias necesidades; pero viajar, finalmente, no es tan barato. Así que es bueno considerar lo siguiente:

Viajar en avión no es como hacerlo en tren, cuando un vagón se llena, le enganchan el otro y listo. Un avión está limitado a severas reglas de peso y volumen, además, las tarifas aéreas (salvo rarísimas excepciones) no se determinan multiplicando la distancia recorrida por un precio, existe toda una variedad de tarifas especiales determinadas por el destino, duración del viaje, día de la semana en que sale o regresa, temporada del año, anticipación con que lo compra, si viaja solo o en grupo, y muchas otras variables. Es muy importante informarse si existe una tarifa especial al momento de planificar su viaje, teniendo presente que las condiciones de la misma deben ser respetadas, de lo contrario, habrá que pagar la diferencia entre la tarifa que pagó y la normal para esa ruta, que puede ser el doble o más.

Nadie sabe cuántas personas –pero son muchas– deben pasar la Navidad en otro país, pues al llegar al mostrador de la aerolínea le informan que su vuelo fue «sobrevendido» y que hay muchísimas personas en lista de espera del vuelo siguiente, solamente por no evitar el día en que «todos» salen de viaje. Esto se debe a un fenómeno de «manada» que mueve al hombre moderno, “todos juntos de vacaciones al mismo sitio en la misma fecha”, o en viaje de negocios tratando de tomar el último vuelo, a última hora.

Aprendamos a elegir la hora y el día apartándonos de los convencionalismos, evitando así los días en que es previsible encontrar aglomeraciones, y una vez más, seamos previsores.

Anticiparse es útil, incluso para el hombre de negocios que viaja tomando decisiones vitales de último minuto, el intentar auto-disciplinarse a la hora de viajar, prever las fechas y horarios de mayor demanda, pueden hacer la diferencia entre concretar el negocio o no, basta con anticiparse para reservar a tiempo.

En la mayoría de aerolíneas, reservar no significa compromiso de pago, al menos al momento de la reservación. Es un acto de previsión gratuito. Claro que existen tarifas que por sus condiciones excepcionalmente buenas obliga a la reservación simultánea a la compra, con altos cargos de penalización por cambios o anulación. En el caso de las aerolíneas de bajo costo y las aerolíneas «charter», la compra es obligatoria y no existe el derecho a cambios o reembolsos.

No todo es siempre posible, pero al menos siempre que se pueda, PREVISIÓN es la clave.